Capítulo 540:

Leonel la miró.

Elva hizo un mohín y dijo: «Pero estuviste en su habitación».

Waylen le alcanzó una taza de leche y ella le agradeció suavemente: «Gracias, papi».

Waylen fingió indiferencia e inquirió: «Entonces, Leonel, ¿cuál es tu plan con Alexis?».

Después de todo, ¡su relación no podía continuar indefinidamente sólo con pijamadas casuales!

Se trataba de su hija.

Claro, Leonel era casi como un hijo para él, pero… Era diferente con una chica, ya que podría terminar en una posición menos favorable.

Leonel respondió con una leve sonrisa: «En realidad estoy pensando en casarme. Todo depende de los sentimientos de Alexis».

Waylen asintió con un movimiento de cabeza: «Su opinión es realmente importante».

Pero no podía deshacerse de sus preocupaciones. ¿Y si su relación no funcionaba? Ya habían intimado. ¿Cómo se las arreglarían para vivir bajo el mismo techo en el futuro si finalmente rompían? Sólo de pensarlo se angustiaba.

Más tarde esa noche, Leonel llegó a recoger a Alexis.

Mientras se acomodaban en el coche, le preguntó: «¿Has dormido todo el día?».

Alexis respondió tarareando: «He estado ocupada con un caso y apenas he dormido unas horas cada noche. Por fin he podido descansar».

Se reclinó en su asiento y dijo: «¡Y tú me estabas metiendo en los asuntos de la familia Smith! Leonel, eres realmente otra cosa.

Él permaneció en silencio y se limitó a tocarle suavemente la cara.

Había adelgazado un poco, pero seguía siendo sorprendentemente atractiva.

Sugirió con voz suave: «¿Qué te parece si pasamos por el supermercado, compramos carne y te hago un guiso?».

«¡Y también unas albóndigas!», añadió ella.

«¡Claro! Lo que te apetezca comer… ¡Cualquier cosa me vale!».

Hacía siglos que no tenían una convivencia tan pacífica. Leonel no pudo evitarlo, se inclinó y apretó sus labios contra los de ella.

Su beso se hizo más intenso, lleno de tiernos enredos y suaves jadeos.

El beso era realmente suave, pero también profundo y conmovedor.

Al cabo de un rato, se apartó y susurró: «Vamos a la tienda de comestibles y luego a mi casa».

Alexis no se opuso.

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