La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 538
Capítulo 538:
Cuando bajó la mirada, se dio cuenta de que Alexis se había quedado dormida.
Tenía la cabeza apoyada en su cuello y los brazos rodeando su cuerpo… Parecía completamente tranquila y tan dulce.
Leonel se encontró besándola durante un rato.
Esta noche era tan importante para él que apenas pudo pegar ojo.
Al amanecer, Leonel se separó cuidadosamente de Alexis, se vistió y bajó las escaleras.
Rena ya estaba allí, guiando a los sirvientes en la preparación de la comida de la mañana. Ella incluyó una variedad de platos, la mayoría probablemente porque todos los niños estaban en casa, y todos tenían su propia preferencia para el desayuno.
«¡Mamá!» la llamó Leonel.
Rena se volvió hacia él con una cálida sonrisa. «¿Qué tal has dormido después de las copas de anoche?».
Leonel se acercó más a ella y respondió: «¡Estuvo bien!».
Una vez que Rena terminó de dar instrucciones al criado, se encaminaron juntos hacia el patio. Rena, que últimamente no se dedicaba a los negocios, encontraba su alegría en el cuidado de las flores y las plantas, y Leonel le hacía compañía.
Rena regaba las flores.
Su rostro se veía tranquilo y hermoso bajo la luz de la mañana. No parecía envejecer.
Se volvió hacia Leonel y le preguntó: «¿Cómo van las cosas con tu hermana?». ¿Os lleváis bien últimamente?».
Si fuera otra persona la que lo preguntara, Leonel se desentendería de las preguntas, ¡sin inmutarse!
Sin embargo, se trataba de Rena, y su rostro juvenil y atractivo no pudo evitar mostrarse turbado. «¡Sí, ya vamos! Mamá, no te molestes…
No se repetirá lo de antes».
La voz de Rena era suave al responder: «Leonel, lo único que quiero decirte es que ustedes dos crecieron juntos y comparten un vínculo único. Aunque no estéis casados, seguís siendo familia».
Leonel reconoció sus palabras con un zumbido.
Rena dejó a un lado la regadera y observó a su hijo a la luz de la mañana. Estaba muy orgullosa del hombre apuesto y capaz en que se había convertido.
Le enderezó el cuello. «¡Sube a despertar a Alexis!».
«Prefiero quedarme más aquí contigo», respondió Leonel.
Rena simplemente sonrió y dijo: «Es muy amable de tu parte. Pero también debería ir a ver cómo está tu papá. Rara vez bebe estos días, pero anoche bebió demasiado».
Leonel comprendió por qué.
Asintió y acompañó a Rena escaleras arriba, para luego dirigirse él mismo al tercer piso, donde Alexis aún dormía.
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