Capítulo 2256:

“¿Qué tal si discutimos esto más tarde en el hotel?”

El tono coqueto de Luis era tan intenso que rayaba en lo abrumador. Incapaz de contenerse, Melissa intervino: “Apuesto a que no pudiste resistirte a él en absoluto, ¿verdad?”.

Elva respondió con franqueza: “Antes lo hacía, pero ya no”.

Melissa le lanzó una mirada significativa a Luis.

Recordó lo que su marido, Marcus, le había confiado: “Si Luis no fuera tan encantador, nunca habría encantado a mi hermana”.

Melissa tuvo que admitir que era verdad.

Luis poseía una elegancia y una gracia que recordaban a Marcus.

Era la personificación del perfecto caballero, ¡pero su temperamento igualaba al de Marcus en intensidad!

Melissa consideró a su propio cónyuge y luego observó a Luis, quien miraba a Elva no sólo con un afecto fugaz, sino quizás con un amor genuino.

¡Difícilmente parecían una pareja que hubiera estado junta durante años!

Quizás un poco de bromas divertidas fuera el secreto para mantener animado un matrimonio.

Originalmente, había hecho planes para cenar con Elva después de terminar, pero una llamada telefónica cambió todo. Su hija parecía enferma y necesitaba a su madre. Mientras tanto, Marcus había llegado al extremo de conseguirle un jet privado.

De repente, Elva soltó: ”Marcus no está tratando de llevarte a la cama, ¿verdad?”.

Melissa sintió que se le calentaban las mejillas ante la sugerencia.

Luis agarró firmemente a Elva por la nuca, dirigiendo sus palabras a Amelia. “¿Podrías llevar a Elva de regreso al hotel cuando termine aquí? Llevaré a Melissa al aeropuerto”.

Aunque tenían chofer, Luis sentía que era su deber ofrecer esos gestos como cabeza de familia.

Amelia asintió con entusiasmo. “¡Por supuesto, déjamelo a mí!”

Luis y Melissa partieron primero. Al salir, notaron que Hurst permanecía junto a la puerta, con expresión ilegible. Luis se detuvo y susurró: “Dejemos este asunto en paz. No volveré a molestarte, pero ten en cuenta lo que debes evitar en el futuro”.

La nuez de Hurst se contrajo visiblemente mientras tragaba, y luego se fue en silencio, sin decir más palabras.

Luis lo vio irse, sus pensamientos vagaron momentáneamente.

Melissa le preguntó sobre sus contemplaciones, a lo que él respondió con un suave golpe. No es nada importante.

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