La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 2217
Capítulo 2217:
Elva aceptó la comida sin protestar.
Luis le alisó el pelo y continuó: «Me desperté a las cinco. Después de amamantar a Samuel y cambiarle el pañal, le pedí a la niñera que lo cuidara cuando me fuera. Además de estos bocadillos, también he traído mascarillas faciales y tu crema hidratante diaria. En Czanch se pone bastante seco, así que no olvides usar la crema hidratante».
Elva le miró y preguntó incrédula: «¿Sabes qué marca de mascarilla facial prefiero?».
Al oír eso, Luis sonrió.
Le pellizcó suavemente la mejilla y entrecerró los ojos: «Por supuesto, sé exactamente qué marca usas a diario».
Habían vivido juntos algún tiempo, durante el cual él recuperaba a menudo sus productos de cuidado de la piel debido a los olvidos de ella.
Elva guardó silencio ante su comentario.
Después de unos bocados, dejó la comida.
Al observar esto, Luis preguntó con curiosidad: «¿Qué pasa? ¿No es tu favorito?».
«Para estar perfecta en la película, tengo que perder dos kilos para el papel», responde Elva.
Luis sintió simpatía por ella.
En realidad, Elva no necesitaba esforzarse tanto, pero él respetaba su decisión de seguir la carrera que le gustaba.
Juró no juzgarla nunca ni obligarla a hacer las cosas a su manera.
En ese momento entró Amelia.
Al ver a la pareja muy unida, se burló: «¿Estáis demostrando vuestro afecto?».
«¿Nos vamos ya?» preguntó Elva seriamente.
Amelia asintió.
Con la ayuda de dos miembros del personal, empaquetó todo para Elva y se marchó.
Después, Elva y Luis se quedaron solos en el vestuario.
Luis guardó silencio, pero pellizcó suavemente la barbilla de Elva y la besó con dulzura.
Al principio, Elva intentó apartarse.
Sin embargo, Luis aguantó y murmuró: «Estaremos separados los próximos tres meses».
Elva se sorprendió al oírlo.
Luis aprovechó el momento para besarla aún más tiernamente.
Al recordar las palabras de Amelia, Elva sintió un poco de vergüenza.
Tras su apasionado beso, Luis acompañó a Elva a la furgoneta.
Cuando la furgoneta arrancó, le vio por el retrovisor.
En ese momento, se dio cuenta de por qué Luis se había apresurado a estar allí.
A pesar de haber estado juntos sólo unos minutos, decidió venir de todos modos.
Se esforzaba por enmendarse, por redimirse.
Dos años atrás, Elva había ido sola al aeropuerto cuando salía para el trabajo.
Pero ahora, Luis estaba aquí con ella.
La figura del retrovisor se fue haciendo cada vez más pequeña hasta que finalmente desapareció.
Al volver a la realidad, los ojos de Elva se llenaron de lágrimas.
Amelia se dio cuenta y dijo en tono tranquilizador: «Son sólo tres meses como máximo. Además, puedes tomarte algunos días libres cuando estén rodando las escenas de otros actores. Pronto le verás. El Sr. Méndez incluso dijo que nos visitaría cuando pudiera».
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