Capítulo 2122:

Podría mimarse con una mascarilla facial durante una hora, pasar toda una tarde horneando un pastel o relajarse en un baño durante dos horas.

Para ella, el tiempo era intrascendente; sólo importaba la calidad de vida.

Kyler se dio cuenta de que ese podía ser el motivo por el que Luis se había quedado con ella durante dos años.

Un hombre como Luis no pasaría casualmente dos años con alguien a menos que realmente valorara su presencia.

Probablemente se había sentido tan cómodo en su compañía que pasó por alto su importancia en su vida.

Había pensado que encontrar otra alma gemela sería fácil.

Sin embargo, la excitación inicial con Holley se había desvanecido rápidamente, enseñándole una dura lección.

Kyler no estaba listo para rendirse, pero pensó que debía hacerlo.

Si no hubiera habido lágrimas en los ojos de Elva cuando miró a Luis, Kyler habría luchado por ella.

Habría permanecido a su lado.

Lamentablemente, seguía siendo ajeno a su arraigada conexión.

Al ver alejarse a Kyler, Luis intuyó que algo importante había ocurrido entre Kyler y Elva.

Sin embargo, no podía precisar la razón.

Salió del coche y se acercó de nuevo a la puerta de su apartamento.

Llamó a la puerta y, al abrirla, Elva vaciló.

«Kyler…»

Sus palabras se interrumpieron cuando vio la intensa mirada de Luis e instintivamente dio un paso atrás.

De repente, Luis se adelantó, envolviéndola en un beso feroz y apasionado, dominando sus intentos de resistencia.

La llevó de vuelta al apartamento y al sofá.

Mientras ella se hundía en los cojines, Luis se quitó el abrigo y tiró de ella para acercarla.

«¿Has estado con él?»

Elva intentó apartarle, pero no pudo.

Ella replicó desafiante: «¡Sí! ¡Ahora suéltame! Él es mucho mejor que tú».

Su respuesta fue apretarle más, aumentando la intensidad de sus acciones.

Desesperada, Elva espetó: «Si estás tan desesperada, ¿por qué no pagas a alguien? O vuelve con Holley. Seguro que a ella no le importaría. Déjame en paz».

Sus palabras eran afiladas, destinadas a herir.

Luis hizo una pausa, con la dureza de sus palabras flotando en el aire.

Ignorando el escozor, volvió a preguntar con voz cruda: «¿De verdad has estado con él?». Las lágrimas brotaron de los ojos de Elva, delatando la confusión que sentía en su interior.

Luis detuvo sus insensatas palabras.

Rara vez vio a Elva tan alterada.

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