La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 2095
Capítulo 2095:
La reunión concluyó sin ningún avance ni decisión, ya que la preocupación y distracción de Luis impidieron cualquier debate o resultado significativo.
Ese día, su padre, Everett Méndez, se acercó a él con expresión preocupada y le preguntó por su vida personal: «Hijo, he oído que llevas bastante tiempo saliendo con la chica Fowler. ¿No crees que ha llegado el momento de presentársela a tu familia?».
Luis se desplomó en una posición despreocupada, su lenguaje corporal transmitía una mezcla de desgana y evasión.
Luis se encogió de hombros, con tono distante.
«Hemos terminado. Se acabó».
Everett abrió los ojos con incredulidad y preguntó con voz entrecortada y decepcionada: «¿Has roto con ella? ¿Después de todo este tiempo? ¿No vivíais juntos?»
Luis preguntó: «¿Cómo lo sabías, papá?».
La expresión de Everett se tornó severa, su voz firme.
«Tu madre me mantuvo informado. Parece entusiasmada».
La noticia se difundió rápidamente, lo que no sorprendió en su estrecho círculo.
Luis sorprendió entonces a su padre con una súbita revelación.
«¡Tengo una nueva relación! Y quiero casarme con ella».
A Everett le picó la curiosidad y preguntó: «¿Cómo es? Necesito saber más de ella antes de que se la presentes a tu abuelo».
Luis, ya desconcentrado, decidió adornar el atractivo de Holley y mencionó casualmente: «Nos conocimos en un club exclusivo».
Everett enarcó una ceja y preguntó: «¿Estamos hablando de una aventura de una noche?».
«¿En qué piensas exactamente, papá? Ahí es donde trabaja».
Luis intentó darle la noticia con suavidad, pero la expresión de Everett se ensombreció.
«¿Me dijiste que habías dejado a Elva Fowler por una camarera despistada?»
Luis contestó con calma: «Es aspirante a camarera, papá, y mucho más. Además, quiere abrir su propia tienda».
Everett se paseaba de un lado a otro, furioso: «¿Y tú la ayudarás, supongo? ¿Puedes ser más estúpido? Creía que eras un chico listo, pero parece que estás ciego ante su manipulación. Sois como el agua y el aceite. ¿Cómo es posible que hagáis una vida juntos?
No estoy menospreciando a las camareras o lo que sea. ¡Todo lo que digo es que ustedes dos son de mundos diferentes! ¿Qué puedes tener en común con ella? ¿Puede estar a la altura de tu intelecto y ambiciones? ¿Y cómo vais a criar a vuestros hijos juntos? Como he dicho, sois mundos diferentes».
Luis se quitó los pantalones con gesto decidido.
«Ya lo he decidido, papá».
El dedo de Everett señala acusadoramente a Luis.
«¡No pienses ni por un segundo que tu madre y yo aprobaremos esto! ¡Ella no es bienvenida en nuestra casa mientras insistas en casarte con ella!»
Luis esperaba las objeciones de Everett y no se sorprendió.
Después de todo, no era habitual que un hombre de su posición se casara con una camarera, sobre todo siendo hijo de Everett.
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