La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 2083
Capítulo 2083:
Sin embargo, se aferró a ella.
La sala estaba en silencio.
Era la hora de la siesta.
El estudio no tenía cama, sólo un pequeño sofá.
La deseaba pero no quería disgustarla.
Para la mayoría de las parejas, un momento en el escritorio puede ser intrigante.
Pero su situación era única.
Tenía que ser consciente de sus emociones.
Era todo un dilema.
Luego le susurró al oído: «¿Qué tal si nos arreglamos aquí, vale? Recuerda, las paredes no están insonorizadas, así que baja la voz…»
Olivia giró la cabeza, con voz firme.
«¡No estoy de humor, Dylan!» Tenía otras cosas en la cabeza -pensamientos que dudaba en expresar-: cómo el futuro podría resultar más aburrido que el pasado.
Cuando no estaba de humor, la intimidad quedaba descartada.
Dudaba de poder proporcionarle la vida que Dylan imaginaba e incluso se preguntaba si debería replantearse su relación.
«No creo que tengas que pensar demasiado en esto», dijo Dylan, tapándole suavemente la boca con la mano.
A Olivia se le llenaron los ojos de lágrimas al recordar el momento en que Dylan la había obligado a elegir entre él y Rafael, una elección que la había atrapado en un doloroso dilema.
Dylan la sujetó por la nuca, acercándola hasta que quedó frente a él.
Sus frentes se tocaron, el aliento de él caliente contra la piel de ella.
Se disculpó en voz baja.
Olivia permaneció en silencio, sin apartarse; su cercanía era un acuerdo silencioso.
Permanecieron así un rato hasta que la llamada de un criado a la puerta rompió el momento.
El criado preguntó si debía dejar aquí algunos objetos o llevárselos a Duefron.
Sobresaltada, Olivia intentó apartar a Dylan, pero él la sujetó firmemente por la cintura.
Consiguió responder con voz ronca: «Déjalos aquí».
Cuando los pasos del criado se desvanecieron, Olivia golpeó el hombro de Dylan con tono suplicante.
«¡Bájame! Y no hagamos esto durante el día. ¡Sería terriblemente incómodo si los sirvientes nos vieran!»
Dylan, siempre bromista, respondió: «¿Qué tal por la noche entonces?».
Tras pensárselo un momento, Olivia respondió: «¡Harás el turno de noche para cuidar de Eason!».
Con una amplia sonrisa, Dylan la soltó, diciendo alegremente: «¡Trato hecho! Tú eres el jefe. Siempre que me necesites, ¡estoy a tu servicio!».
Finalmente, Olivia volvió a la realidad.
Mientras empaquetaba, murmuró en voz baja: «¿Piensas en estas cosas todo el día?».
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