Capítulo 2035:

El alquiler de seis meses costaba la friolera de ciento cincuenta de los grandes, pero Rafael daba prioridad a su seguridad sobre los gastos.

Con él y su ayudante allí, no necesitaban criada por ahora.

Elissa podría trasladarse a un centro de cuidados tras el nacimiento del bebé.

Elissa sabía que estaba preocupado.

En menos de cuarenta y ocho horas, saltó la noticia en Detroit: la asistenta había sido detenida y podía enfrentarse a una condena de hasta una década entre rejas.

Al conocer la noticia, Raphael abrazó a Elissa con ternura.

Tenía una esposa preciosa.

Aunque había nacido en la riqueza, era astuta y sabía leer a la gente.

Podía valerse por sí misma y Brantley.

En voz baja, Elissa preguntó: «¿Qué pasa?».

Rafael sacudió la cabeza y sonrió.

«Acabo de recibir un pago gordo del cliente. ¿Qué tal si vamos a buscar casa?»

Elissa se quedó sorprendida.

Le apretó la mano y le explicó que Francia ofrecía grandes oportunidades.

Su objetivo era impresionar en su negocio allí.

Una vez que amasara suficiente riqueza, podrían plantearse volver a Detroit.

Tras un momento de reflexión, Elissa murmuró: «Sinceramente, mientras esté contigo y con nuestro bebé, seré feliz dondequiera que estemos».

Casi a finales de año, Elissa fue trasladada al hospital, a la espera de que saliera de cuentas.

Últimamente estaba bastante agotada, y quizá por eso el bebé no estaba en la posición adecuada para nacer.

El médico se apartó para hablar con Rafael sobre si estaba de acuerdo con la cesárea.

El médico dijo: «Aunque la cesárea conlleva un riesgo, en estos casos muchas familias optan por correrlo. Usted decide, señor Jones. Si cree que la cesárea es demasiado arriesgada, podemos intentar otras formas de llegar hasta el final con un parto natural, pero podría llevar más tiempo.»

Rafael no dudó.

«¡Adelante con la cesárea! La seguridad de mi mujer y mi hijo es lo único que importa ahora».

Al oír esto, el médico asintió y pidió a Rafael que firmara unos papeles.

Luego, se fue a preparar las cosas.

Al cabo de un rato, llevaron a Elissa a la sala de partos.

Tras ella, Rafael la consoló diciéndole: «La cesárea es muy segura. El médico dijo que sólo durará media hora».

Elissa le agarró la mano con fuerza.

Rafael no quería separarse de ella y deseaba estar presente en el parto, pero la enfermera le dijo que esperara fuera.

Al final, Raphael y Brantley sólo pudieron esperar en el pasillo.

Esperaron juntos, nerviosos fuera del quirófano.

Por casualidad, uno de los lejanos miembros de la familia Evans también estaba en el hospital, dando a luz a un bebé.

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