La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 2011
Capítulo 2011:
La asistente se quedó de piedra al oírlo.
Al parecer, no esperaba que Edwin tomara una decisión así.
«Eso es todo», añadió Edwin y colgó el teléfono.
Luego cogió a Leyla y la llevó arriba.
A la niña siempre le había gustado pasar tiempo con Edwin.
Al anochecer, Rafael recibió un mensaje.
El Grupo Evans había aceptado asignarle el proyecto.
Se sorprendió tanto al ver el mensaje que se quedó mirando la pantalla durante un buen rato, incrédulo.
Quizá la razón por la que Edwin le había elegido era Leyla.
Si hubiera sido en el pasado, habría rechazado semejante gesto casi de lástima.
Pero ahora las cosas eran diferentes.
Tenía dos hijos que criar.
Como quería reaparecer lo antes posible, no tuvo más remedio que aceptar la ayuda de Edwin.
No podía permitirse ser quisquilloso en este momento, a menos que estuviera dispuesto a depender de Elissa, lo que le haría sentirse aún más avergonzado de sí mismo.
Se levantó y fue a fumar a la cocina.
Después, fue a reunirse con Elissa en el salón.
«¡Hay buenas noticias!», anunció entusiasmado.
«Tengo un nuevo proyecto. Después de reparar el apartamento, ¡te llevaré a un restaurante elegante para que celebremos una gran comida! Estaré muy ocupado en los próximos meses».
Luego se volvió hacia Brantley y le dijo: «Asegúrate de cuidar bien de tu hermana y de su bebé mientras estoy en el trabajo».
Los ojos del niño se iluminaron al instante.
Luego se volvió para mirar a Elissa con seriedad, como si esperara que dijera algo.
Pero Elissa se levantó y se fue.
Brantley bajó la cabeza, decepcionado.
«¡Anímate, jovencito!» Rafael le dio una palmada en el hombro.
«Este es definitivamente un capítulo en tu vida, pero te llevará algún tiempo acostumbrarte. Sólo tienes que ser paciente, ¿de acuerdo?»
Pero Brantley era demasiado joven para entender exactamente lo que quería decir con esto.
No obstante, Rafael le llevó al garaje y juntos remendaron las paredes y el techo.
Incluso con la cara cubierta de tierra, Brantley sonreía con ganas mientras trabajaba.
En algún momento, Elissa les trajo unos sabrosos tentempiés.
«En realidad, creo que es un chico muy bueno y dulce», comentó Raphael refiriéndose a Brantley.
Pero Elissa no respondió.
Raphael la estrechó entre sus brazos y continuó en voz baja: -Sé que no tenías corazón para verle acabar en un orfanato. Pero tampoco querías que te viera como un blandengue. Por eso le pediste que eligiera entre tú y el dinero. ¿Tienes que torturarte así? Vemos muy claro que le gustas mucho».
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