La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1993
Capítulo 1993:
Al marcharse, pronunció fríamente: «Elissa, si persistes en quedarte con Rafael, no esperes ninguna ayuda económica de la familia Palmer».
Elissa se puso pálida.
Aunque había previsto esa respuesta, las palabras de su padre seguían escociéndole.
Ella entendió que él pretendía dejar el patrimonio familiar a su hijo ilegítimo.
Marcia parecía preocupada.
Aún albergaba un profundo amor por su hija y quería discutir.
Yousef la fulminó con la mirada, acusándola: «¡Es culpa tuya que esté malcriada! Ni siquiera sabe tomar decisiones sensatas. A pesar de la grave situación de Rafael, sigue empeñada en tener un hijo suyo».
Marcia asintió dócilmente, reacia a desafiar a su marido.
Elissa observó estoicamente.
No se arrepentía de su elección.
Aunque era consciente de que Rafael podría no ser la pareja ideal, se mantuvo firme en su decisión de dar a luz a su hijo y evitar volver con los Palmer.
Se negó a ser manipulada como su madre.
«Papá, ten por seguro que no volveré mendigando dinero, aunque tenga que pasar hambre».
Yousef replicó: «Será mejor que estés preparado».
Cuando se preparaban para salir, se encontraron con Rafael en la puerta.
La tensión flotaba en el aire.
A pesar del tono brusco de Yousef, se abstuvo de enfrentarse a Rafael delante de Marcia, consciente de los secretos que guardaba Rafael.
Con un bufido, se marchó junto a Marcia.
Tras su marcha, Rafael entró en el salón.
Elissa lo miró en silencio antes de preguntar suavemente: «¿Qué te ha traído de vuelta? Creía que estabas trabajando».
Rafael le acarició tiernamente la mejilla.
Murmuró: «¿Has pasado por alto la cámara de vigilancia que tenemos aquí? Me di cuenta de la llegada de tus padres y me apresuré a volver».
Se abstuvo de preguntar, intuyendo la situación.
El tono de Rafael se suavizó.
Simplemente susurró: «Elissa, haré todo lo que esté en mi mano para que hoy no te arrepientas de tu decisión».
Elissa esbozó una leve sonrisa.
A pesar de lo que le esperaba, se mantuvo firme en su elección.
Creía que una vez que pudiera ofrecerles una vida estable, podría expresar sus emociones más abiertamente.
Entonces, podría prometer con confianza que los querría y cuidaría durante el resto de sus días.
Una semana después, la empresa de Raphael se declaró en quiebra.
De la noche a la mañana, Rafael fue despojado de todo, incluida su casa, que fue embargada por el tribunal.
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