Capítulo 1940:

Pero ella no respondió, ignorando su pregunta.

Ella no mostró vergüenza, pero mantuvo su atención lejos de él.

Hacía tiempo que no estaba tan cerca de ella.

Finalmente, Olivia cerró el folleto y dijo con calma: «No tiene sentido, Dylan. No necesito nada. Déjalo ya».

Dylan mantuvo la calma.

Él no mostró ninguna irritación e incluso le ajustó el asiento con cuidado, imitando los gestos de un marido devoto.

Naturalmente, no estaba convencida.

Laura, sentada junto a ellos, se quedó sorprendida.

Miró ansiosa a su marido, preocupada por si reaccionaba mal.

Edwin se alisó los pantalones y dijo: «No quiero verle, pero no puedo controlar muchas cosas».

Apartó la cabeza, ordenando con firmeza: «¡No vuelvas a mirarle!». Estaba allí para apoyar a su mujer, a su hermana y a su madre.

Además, tenía previsto comprar algunas joyas para su esposa.

Sin embargo, lo que ocurrió a continuación le sorprendió de verdad.

Dylan compró casi todos los artículos de la subasta.

Siempre que Olivia mostraba el más mínimo interés por algo, él pujaba rápidamente por ello y se lo aseguraba por un precio desorbitado.

En sólo media hora, había gastado más de 200 millones.

¡Era tan derrochador con el dinero!

Edwin se acercó a Dylan y le dijo significativamente: «Sr. Wright, ¿debe hacerlo? Como soltero, eres libre de gastar lo que quieras».

Con expresión inexpresiva, Dylan se concentra en el escenario.

«Evans, tienes una lengua afilada. ¿Podría ser que tu matrimonio tenga problemas?»

Edwin sonrió, rodeó la cintura de su mujer con el brazo y contestó despreocupado: «¡Todo lo contrario! Mi mujer y yo somos muy compatibles y felices juntos. No necesitamos cosas materiales para mejorar nuestra vida. Laura es bastante frugal».

Dylan se quedó sin respuesta.

Durante la última parte de la subasta, Edwin compró un conjunto de joyas de diamantes azules para Laura, que era a la vez impresionante y caro.

No le gustaban mucho los accesorios lujosos.

No obstante, aceptó los regalos con amabilidad, sin querer empañar el ambiente.

Se notaban sus intercambios afectuosos y cálidos.

Dylan los observaba con envidia.

Si las cosas hubieran sido diferentes…

¿Podrían Olivia y él haber sido igual de felices?

Más tarde, Cecilia acompañó a Olivia al baño.

Al salir, se encontraron con un conocido que le pidió un favor a Cecilia.

Así que Olivia tuvo que volver sola al pasillo para recuperar su bolso después de lavarse las manos.

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Nota de Tac-K: Tengan una muy agradable noche lindas personitas, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (ɔO‿=)ɔ ♥

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