La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1913
Capítulo 1913:
No sólo la devolvía; había venido a disculparse por Elissa.
Cogiendo la bolsa, Olivia escuchó la amable disculpa de Rafael.
«No te lo tomes como algo personal, Elissa no quiere hacer daño».
Sinceramente, a Olivia no le molestaba.
Sabía que Elissa era genuina y amaba profundamente a Raphael.
La defensa de Elissa por parte de Rafael confirmó su cariño por ella.
Con una suave sonrisa, Olivia respondió: «Me alegro de oírlo. Cuídala, Rafael».
La brisa del atardecer, la puesta de sol…
Rafael miró a Olivia, recordando su pasado común. Sabía que había llegado el momento de seguir adelante y que probablemente aquel sería su último encuentro privado.
No debería volver a perturbar su vida.
Asintió, con una leve sonrisa en los labios.
Luego, tras un momento, Olivia añadió: «Rafael, es hora de que avancemos. Yo me ocuparé de Leyla».
Rafael entendió perfectamente su mensaje.
Abrió la puerta del conductor, mientras Olivia se quedaba mirando en silencio. Finalmente, Raphael no pudo resistirse a abrazarla y susurrarle: «Si alguna vez necesitas ayuda, no dudes en echarle una mano».
Y lo soltó, subiéndose al coche y arrancando a toda velocidad.
Todo lo bueno se acaba algún día, a pesar de la mezcla de alegría y tristeza que compartían.
Olivia se quedó pensativa un momento.
Entonces, una sonrisa de alivio se dibujó en su rostro.
Ella creía que Raphael y Elissa encontrarían la felicidad juntos.
Al entrar en el edificio, vio que Dylan estaba cerca.
Dolly, su perra, estaba a su lado, lista para dar un paseo.
Era difícil leer la expresión de Dylan ya que estaba de pie en la sombra. Olivia supuso que había visto a Raphael, pero no estaba segura de cuánto tiempo.
Se acercó, le quitó la correa a Dylan y le dio una suave palmadita a Dolly.
Dolly movió la cola alegremente.
«Mi coche se averió, me encontré con Raphael y Elissa. Me llevaron. Me dejé algo en su coche y pasó a devolvérmelo», explicó Olivia con seriedad.
Dylan la estudió en silencio, sin decir palabra.
Olivia no estaba segura de si la creía. Antes de que pudiera explicarse, apareció la niñera con Leyla, que corrió hacia Dylan pidiendo que la recogieran.
Por alguna razón, Olivia sintió una punzada de inquietud.
«Muy bien, volvamos y cocinemos algo rico para ti, cariño», dijo Dylan suavemente, levantando a Leyla.
Con eso, se dirigió al ascensor con Leyla en brazos.
Olivia percibió la irritación de Dylan.
Debió ver a Rafael abrazándola. Ella también se sintió sorprendida por ese abrazo repentino.
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