La segunda oportunidad en el amor
Capítulo 1795

Capítulo 1795:

En el aparcamiento del hotel, una limusina negra permanecía inactiva. Dentro, Raphael, vestido con un traje formal, observaba a Dylan y Olivia con mirada tranquila. A su lado, Sharon, que acababa de llegar y también vestía traje de negocios, los observaba pensativa.

«Parecen una pareja perfecta, casi como una joven pareja en su luna de miel. Señor Jones, ¿cree que han estado juntos todo este tiempo?». preguntó Sharon lentamente.

La expresión de Rafael se volvió sombría. Respondió con frialdad: «Conduce».

El conductor pisó rápidamente el acelerador, llevando a toda prisa a Raphael al aeropuerto. Raphael dejó la isla antes de lo previsto, en parte debido a su apretada agenda, pero sobre todo por su mal humor.

Mientras tanto, Leonel se preparaba para pasar un buen rato con Alexis. En la suite presidencial del hotel, estaba de pie frente a un lujoso ventanal francés, vestido con una camisa blanca y unos pantalones de traje negros que acentuaban su físico en forma. Con el teléfono en la mano, Leonel sonrió y preguntó: «¿Por qué te fuiste antes? ¿No estabas contento cuando viniste?».

Tras escuchar la respuesta, volvió a sonreír: «De acuerdo, señor Jones. Nos vemos en Duefron».

Terminó la llamada y tiró despreocupadamente el teléfono sobre el sofá. Cuando estaba a punto de quitarse la camisa, Alexis salió del cuarto de baño, envuelta en vapor, vistiendo sólo un camisón de seda negra. Leonel la miró y apostó a que no llevaba nada debajo.

«¿No habíamos quedado en bañarnos juntos? ¿Cómo te atreves? Estás muy segura de que no haré nada, ¿verdad?».

Leonel le rodeó la cintura con los brazos y le susurró: «Vestida así, tengo que comprobarlo».

Alexis lo había planeado y no se apartó. Se apoyó en su hombro, permitiéndole hacer lo que quisiera. Al cabo de un momento, ella empezó a responder de forma más perceptible y él le preguntó en voz baja: «¿Cómo lo haces? ¿Realmente están dando resultado esas sesiones de terapia?».

Alexis se puso de puntillas y lo besó; sus labios sabían dulces como caramelos. Leonel se quedó desconcertado por un momento. El sabor era inconfundiblemente el del caramelo que le había regalado en Geveland. Aquel caramelo tenía un cierto efecto para excitarla. ¿Dónde lo había encontrado Alexis?

Sintiendo su curiosidad, Alexis volvió a besarlo y le susurró: «No es difícil, ¿verdad? Puedo encontrar cualquier cosa. ¿Le gusta, Sr. Douglas?».

Leonel respondió con una nalgada juguetona. A ningún hombre le desagradaría una escena tan atrayente, pero el recuerdo unido al dulce no era precisamente agradable. Leonel se sintió en conflicto. Mientras tanto, Alexis empezó a desabrocharle la camisa. Mientras lo hacía, besó su cincelada barbilla y se burló de él.

«¿Por qué dudas? No suelo hacer esto por ti».

Leonel seguía tragando saliva, con sus finos dedos acariciando suavemente su cuerpo. Hacía tiempo que no intimaban. Quería que Alexis se sintiera cómoda, pero le costaba. Entonces, apretó sus labios contra los de ella, susurrando: «¿Te sientes bien ahora?».

Alexis dejó escapar un suave gemido intencionadamente, despertando aún más el deseo de Leonel. La besó profundamente, presionando su lengua contra la de ella antes de levantarla y tumbarla en la cama. Ni siquiera se detuvo para ducharse o terminar de desvestirse antes de hacer el amor.

Para ellos, hacer el amor se sentía bien cuando salía del corazón. Levantando la cabeza, Alexis lo miró con amor y adoración. Acarició su rostro delgado y apuesto y murmuró con voz ronca: «¡Qué bruto eres!».

Los ojos de Leonel se oscurecieron. «¿Te gusta?»

Sí, como a cualquier mujer. No le quitó los ojos de encima, ni siquiera en el punto álgido de su pasión. Leonel le cubrió los ojos con la mano, temeroso de perder el control si ella lo miraba con tanto amor. Podría hacerle ir demasiado lejos.

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Nota de Tac-K: Listo los nuevos capítulos por hoy lindas personitas, además hoy tenemos nuevo estreno de novela terminada, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /

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