La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1789
Capítulo 1789:
Olivia era la dama de honor. Se rumoreaba que el padrino se había emborrachado demasiado la noche anterior, y otra persona tuvo que sustituirle. Cuando Olivia vio al nuevo padrino, se quedó un poco desconcertada.
Era Raphael.
Raphael estaba elegante con su clásico traje blanco y negro. No había rastro de sus aventuras sexuales de la noche anterior. Cuando se colocó en su posición, sus ojos se detuvieron en Olivia durante unos tres segundos.
Olivia estaba preciosa con su vestido rosa claro. Sus pantorrillas, en particular, eran tiernas y delgadas, y muy seductoras.
Mientras los ojos de Rafael recorrían el cuerpo de Olivia, se quedaron uno al lado del otro; no se hablaron, ni siquiera se saludaron. No eran lo más mínimo amistosos.
Frente a ellos, Waylen presidía la ceremonia nupcial. Alexis y Leonel se cogieron de la mano.
Era una escena grandiosa y cálida. Después de que la pareja intercambiara los anillos de boda, Waylen les dirigió una mirada mordaz y dijo: «Espero que esta sea la última vez que os casáis. No creo que tu madre tenga energía para volver a organizar una ceremonia tan fastuosa».
El público se echó a reír. Los ojos de Rena se empañaron. Nadie en el mundo tendría más sentimientos encontrados que una madre en un momento así.
Edwin y Laura se sentaron uno al lado del otro. De repente, él señaló al escenario y le susurró: «El vestido de novia es impresionante. Pero también tiene mi contribución, ¿no? Soy el que ha cosido el último centenar de perlas».
Edwin pretendía recordarle a Laura lo que había ocurrido aquella noche. Aquella noche habían tenido sexo varias veces antes de que ella se desmayara, y él tuvo que terminar el vestido de novia para ella.
Laura era una mujer tímida. Su rostro se sonrojó al instante cuando Edwin sacó a relucir aquella noche delante de tanta gente. Sin embargo, Edwin no cejó en su empeño. Se inclinó hacia ella y se rió: «Oye, estoy hablando del vestido de novia. ¿Por qué tienes la cara tan roja? ¿Estabas pensando en algo travieso?».
Laura se negó a hablar con su descarado marido. Edwin volvió a reírse. Sus ojos se volvieron hacia Alexis en el escenario, y un suspiro lleno de emoción escapó de sus labios. Alexis por fin era feliz.
Leonel cogió a Alexis de la mano. A través del velo, le preguntó suavemente: «¿Puedo besarte ahora?».
El público ululó. Alexis no dijo nada. Se agarró suavemente al brazo de Leonel y se acercó lentamente a él. Era alta. Sólo tenía que ponerse de puntillas para alcanzar sus labios. Los labios de la pareja se encontraron a través del velo.
El beso fue suave y tierno. Después de ese ligero beso, Leonel no pudo evitar levantarle el velo. Sus labios finos y bonitos cubrieron los de ella con ternura y, al mismo tiempo, rodeó su cintura con los brazos para que ella pudiera apoyarse en él. El beso duró largo rato, tras lo cual le susurró: «Leonel y Alexis pasarán juntos el resto de sus vidas».
Acariciando su apuesto rostro, Alexis preguntó con voz ronca: «¿No te irás esta vez?».
Leonel negó con la cabeza. «No, no me iré. Tengo la pierna rota. ¿Hasta dónde puedo llegar?»
La abrazó dulcemente. Para él, Alexis no era sólo su esposa o la madre de sus tres hijos. Siempre sería la niña que recordaba de su infancia, que caminaba delante de él con la mochila a la espalda. Habían vivido tantas cosas, y el ambiente de la boda les dejó conmovidos.
Los invitados también se emocionaron.
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