La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1764
Capítulo 1764:
Los transeúntes y el equipo de rescate que estaban fuera habían observado en silencio, impactados por la visión de Leonel entrando en el edificio para salvar a su mujer. Sampson, el jefe del equipo, se enjugó las lágrimas mientras se quitaba el casco. «Despejen la zona inmediatamente. No podemos esperar más», dijo en voz baja.
Pero cuando toda esperanza parecía perdida, el débil sonido de un golpe resonó entre los escombros.
«¡Bang! ¡Bang! Bang!»
El perro de rescate corrió hacia el ruido, ladrando frenéticamente.
Sampson, sobresaltado, gritó: «¡Mueve esa roca de la izquierda! Con cuidado».
Más de una docena de rescatadores se apresuraron a trabajar juntos para desplazar la enorme piedra. Al cabo de diez angustiosos minutos, la roca cedió y Leonel apareció abrazado a Alexis, con la pierna bañada en sangre.
Aunque apenas consciente, la voz de Leonel era firme. «Hacedle una transfusión de sangre a mi mujer: es Rh negativo y yo también».
Los llevaron rápidamente en camilla a un lugar seguro. Los médicos dudaron en sacarle sangre a Leonel dado su estado, pero él insistió. «Tomen 500 mililitros. Me pondré bien. Mi padre está de camino, y también es Rh negativo».
Cuando los médicos protestaron por los riesgos de la transfusión, Leonel reveló: «No es mi padre biológico».
Los médicos extrajeron rápidamente sangre a Leonel, aunque provocó espasmos en su cuerpo por la pérdida. Mientras se aferraba a las sábanas, sus pensamientos empezaron a nublarse. Los recuerdos le inundaban, recuerdos de su promesa de estar juntos, de la vida que aún les quedaba por vivir.
«Alexis, yo también lo siento. Cada año, cuando el arce se ponga rojo, lo veremos juntos».
Con esos pensamientos en el corazón, Leonel finalmente perdió el conocimiento.
Cuando Leonel despertó, la cabeza le latía con fuerza y los sonidos a su alrededor lo desorientaban.
«Doctor, ¿cuánto falta para que despierte del todo?».
«¿Afectará esto a su memoria? ¿Podría haber daños duraderos?»
Leonel se frotó la frente, con la voz ronca. «¿Dónde está Alexis?»
Rena, de pie junto a su cama, se iluminó de alegría. «Leonel, ¡estás despierto! ¿Cómo te encuentras?»
Se incorporó y sacudió la cabeza. «Estoy bien. ¿Dónde está Alexis?»
Olivia, que había estado paseando por la habitación, respondió rápidamente: «Alexis está mejor que tú. Cuando llegamos, estaba despierta. Pero tú… eras un desastre, Leonel». Las lágrimas corrieron por su rostro al recordar lo cerca que habían estado de perderlo.
Leonel pellizcó suavemente la mejilla de Olivia, tratando de tranquilizarla.
Marcus, que acababa de entrar en la habitación, dio unos golpecitos juguetones en la cabeza de Olivia. «No seas gafe».
Olivia se secó las lágrimas, aún conmocionada por los acontecimientos. «Fue tan aterrador, Leonel. Casi morís los dos».
Leonel esbozó una pequeña sonrisa y se volvió hacia Marcus. «Gracias por salvarla».
Marcus le devolvió la sonrisa. «No es sólo mi hermana, también es la tuya».
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar