La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1679
Capítulo 1679:
Waylen se protegió los ojos de la luz, suspirando. «Entre todos estos chicos de la familia, son estos dos los que más me preocupan. Se suponía que su relación era la más fuerte».
Rena calmó suavemente su ceño fruncido, ofreciéndole un consuelo silencioso.
Al día siguiente, el vuelo de Olivia aterrizó en el aeropuerto de Duefron.
Había viajado sola por negocios, pero volvió acompañada.
Dylan la acompañó de vuelta desde Alsilia. Parecía que tenía intención de centrarse en asuntos domésticos. Cuando bajaron del avión, Olivia cogió sus maletas y le dijo a Dylan: «Tengo que irme. Aún tengo trabajo que hacer. Quedamos para cenar otro día, ¿vale?».
Compartían una amistad de muchos años.
Dylan le dio una palmadita juguetona en la cabeza, sonriendo. «No vuelvas a dejarme plantada como antes».
Olivia se quedó de piedra.
Recordó las palabras de Dylan en su época escolar. Por aquel entonces, estaba muy unida a él, pero a menudo priorizaba la compañía de Raphael a la suya. Dylan viajaba al extranjero con sus padres por negocios y de vez en cuando volvía a Duefron. Sin embargo, a menudo dejaba a Dylan esperando mientras perseguía a Raphael. Pero ahora…
«¡Qué coincidencia! Encontrándonos otra vez».
Una voz familiar irrumpió en los pensamientos de Olivia. Su cuerpo se tensó cuando se giró para ver a Rafael con Sharon, volviendo de su viaje.
Sharon empujaba el equipaje, pero caminaban muy juntos, compartiendo un vínculo íntimo.
Olivia sintió que la invadía una oleada de tristeza.
La mirada de Raphael se detuvo en ellos, sobre todo en el rostro de Dylan, antes de hacer una mueca. «¿Sigues con él después de todos estos años, Olivia? La lealtad te sienta bien».
¡Qué imbécil!
Dylan tenía ganas de enfrentarse a él, pero Olivia lo contuvo.
Miró a Rafael con calma y replicó: «¿Hablas de lealtad, Rafael? Después de todo este tiempo, ¡todavía estás con ella! No nos hagamos perder el tiempo. Tenemos cosas que hacer y tenemos que irnos».
La mirada de Raphael se oscureció.
Se hizo eco de sus palabras con una mueca. «¿Perder el tiempo?
Olivia le miró con determinación. «Sí, es una pérdida de tiempo».
Su voz era firme, pero las lágrimas brotaron de sus ojos mientras se daba la vuelta.
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