Capítulo 1657:

Sorprendida ahora por su dureza, replicó, con voz baja y controlada: «Leonel, ¿puedes dejar de ser tan infantil?».

Leonel respondió sólo con una mirada penetrante, sin decir nada. Su actitud anuló cualquier deseo que le quedara a Alexis de hablar de sus hijos, y comenzó a alejarse, justo cuando Hank se movía para unirse a ella bajo la sombrilla.

Leonel sintió un fuerte escozor al verlos juntos.

Los miró fijamente y ordenó fríamente al conductor: «Conduce. Ahora».

El conductor obedeció sin vacilar y, al arrancar, la limusina levantó un chorro de agua turbia que empapó a Alexis. Ella se quedó allí, aparentemente indiferente, sumida en sus pensamientos.

Al cabo de un momento, Hank habló en voz baja, tímidamente. «Todavía le quieres, ¿verdad?

Alexis se quedó atónita ante las palabras de Hank. No estaba segura de si sus sentimientos por Leonel aún perduraban, pero sabía que él siempre había ocupado su corazón. A pesar de su separación, nadie podía ocupar su lugar. Aquellos recuerdos, tanto dulces como amargos, se entremezclaban con pensamientos sobre él.

Sin embargo, ella prefería mantener su vida personal en privado. Intuyó que las intenciones de Hank eran más personales que profesionales, dados sus agudos instintos. Mirándole de frente, le dijo con firmeza: «Sr. Flores, por favor, considere nuestra relación profesional con cuidado».

Se dio la vuelta y se marchó.

Justo cuando iba a llamar a un taxi, Hank se acercó, aparentemente a punto de cogerle la mano. Sin embargo, se detuvo, reconsiderándolo en el último momento. En su lugar, le ofreció amablemente: «Dejemos los negocios a un lado por ahora. ¿Puedo llevarte a casa?»

Para su sorpresa, Alexis se mostró más decidida de lo que esperaba. Estaba claro que Hank se había excedido. Eran socios, no pareja, así que Alexis rechazó su oferta sin rodeos. «No, gracias. Cogeré un taxi yo misma. En cuanto a nuestra cooperación, lo siento, pero no va a funcionar para mí».

Hank, frustrado por su franqueza, no pudo contenerse.

«¿Qué tiene de especial ese hombre, Alexis? Puede que antes no fuera rival para él, pero ahora es…» Su voz se interrumpió bruscamente.

En Duefron, el tema de la pierna herida de Leonel era un tema delicado, del que nadie se atrevía a hablar abiertamente. Marcus había dejado claro que cualquiera que difundiera el rumor se enfrentaría a las consecuencias.

Pero a Alexis no le interesaban las palabras de Hank. Llamó a un taxi y subió sin dedicarle una segunda mirada.

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