Capítulo 1635:

Leonel se fue dos días de viaje de negocios.

Sonaba tranquilo mientras hablaba con Alexis por teléfono más tarde. «Surgió algo de repente. No quise despertarte y me fui sin avisarte».

Hizo una breve pausa antes de continuar. «Volveré antes de que te des cuenta. No estaré fuera más de dos días».

«De acuerdo», respondió Alexis en voz baja.

Su conversación fue sencilla, como la de un marido acostumbrado a informar a su mujer antes de un viaje. Pero en el fondo, ambos sabían que podría ser la última vez que se hablaran así. Pronto no podrían verse ni verse, y mucho menos mantener conversaciones de este tipo.

Tal vez conocerían a alguien nuevo, formarían una nueva familia y nunca volverían a ponerse en contacto.

Dos días después, por la noche, Alexis estaba leyendo en el estudio cuando de repente oyó el ruido de un motor en el patio. Inmediatamente adivinó que debía de ser Leonel.

Se acordó de la otra noche y del lubricante que Leonel había tirado a la basura.

Se levantó de la silla y fue directamente a la ventana para ver qué pasaba.

A través de los arces, vio a Leonel saliendo de una limusina negra. Al verle, el corazón de Alexis se estremeció sin motivo alguno.

En sólo dos días, Leonel parecía haber perdido algo de peso, pero su rostro parecía aún más atractivo.

Con lo atractivo y rico que era, Alexis estaba seguro de que si Leonel quisiera volver a casarse, no le costaría encontrar una mujer excelente.

Con esta idea en la cabeza, lo observó en silencio a través de la ventana.

Leonel pareció sentir su mirada. Levantó la cabeza y miró en su dirección.

Inmediatamente sus miradas se cruzaron, pero ninguno de los dos habló.

Al cabo de un momento, Leonel abrió el maletero de su coche y sacó su equipaje, llevándolo a la casa.

Al poco rato, Alexis oyó sus pasos en la escalera. Se apartó de la ventana y se volvió hacia la puerta. «Leonel, ¿eres tú?», llamó en voz baja.

«Sí, soy yo. Ya estoy de vuelta», respondió Leonel. «Todo ha ido bien. Volé de regreso en cuanto todo estuvo arreglado».

Mientras hablaba, dejó su equipaje y se acercó a ella. Levantó la mano como para tocarle la cara, pero la retiró rápidamente.

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