La segunda oportunidad en el amor
Capítulo 1626

Capítulo 1626:

Cuando terminaron de arreglar todo, Rena miró el jarrón azul que estaba en el centro de la mesa. Sólo ella sabía que era el mismo jarrón que había en su apartamento hacía muchos años. Lo había comprado después de que Waylen y ella intimaran por primera vez. Más tarde, lo vendió cuando rompieron, pero Waylen lo encontró y lo trajo de vuelta.

Después de tantos años, el jarrón azul todavía estaba allí en la casa. Era más viejo que todos sus hijos adultos.

Después de mirar el jarrón durante un largo rato, Rena le dijo a Leonel: «Ve a decirles que sirvan la comida».

Durante toda la comida, el comedor estuvo bastante animado. Quizás Waylen temía que Marcus y Leonel volvieran a pelearse, y por eso no había invitado a Marcus.

Por lo tanto, había paz y felicidad en la mesa. Después de la comida, Waylen quiso jugar al ajedrez, y Leonel se ofreció a acompañarle. Al final, jugaron dos rondas.

Desde el accidente de coche, Waylen se había debilitado, así que perdió las dos rondas de la partida. Mirando el tablero, sacudió la cabeza y suspiró.

«Estoy viejo. Ahora es el momento de los jóvenes como tú», comentó.

«Es porque fuiste suave conmigo, papá», se rió Leonel mientras volvía a colocar las piezas de ajedrez en el tablero.

Pero Waylen le dio una palmada en el hombro y le dijo: «En realidad no quería ser blando contigo, pero mis fuerzas no me lo permitieron».

Pero Leonel no parecía entender, o tal vez no quería entender.

«Me estoy cansando», dijo Waylen al cabo de un rato y se puso en pie. «Déjame ir a descansar un poco. Puedes llevar a Alexis y a los niños de vuelta más tarde. Conduce con cuidado».

«Lo haré», reconoció Leonel y se levantó rápidamente para ayudarle, pero Waylen le hizo un gesto con la mano. Leonel sólo pudo quedarse mirando cómo se alejaba.

No pudo evitar recordar cómo observaba la figura en retirada de Waylen innumerables veces cuando era niño. Waylen era un hombre alto y fuerte. En aquel entonces, Leonel realmente esperaba que Waylen fuera su padre biológico.

Pero ahora, los sentimientos de Waylen hacia él debían ser de odio. Leonel no pudo evitar sentirse impotente.

Cuando finalmente emprendieron el camino de regreso, Leonel permaneció en silencio en el coche mientras conducía.

«Mamá me dijo que Jessie tuvo un bebé», dijo Alexis, rompiendo el silencio. «Quiero ir a visitarla a ella y al niño».

El semáforo se había puesto en rojo. Leonel detuvo lentamente el coche. Luego se volvió para mirarla y dijo: «Iré contigo».

«No hace falta», se apresuró a decir Alexis. «Le pediré a mi ayudante que me acompañe».

Leonel sujetó el volante y lo acarició suavemente durante lo que pareció un largo rato. Luego dijo: «Alexis, sé que te hice venir para quedarte conmigo sesenta días. ¿No me complacerás al menos un poco durante estos 60 días?».

Él sabía que, quizás después de 60 días, no podrían volver a sentarse en un coche como una familia. Y ella no tendría problemas en ser brutalmente sincera con él sobre lo que pensaba y sentía.

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