La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1587
Capítulo 1587:
Con un suspiro, el mayordomo confirmó: «Sí, se ha ido. Señorita Fowler, es tarde. Debería retirarse a dormir».
Alexis asintió y se envolvió en un chal mientras se dirigía al dormitorio.
Al detenerse un momento, el mayordomo se fijó en el teléfono sobre la mesa. Le impedía conciliar el sueño y la había impulsado a solicitar su ayuda para pedirle a Leonel que se marchara.
El mayordomo suspiró una vez más. Alexis no evitaba intencionadamente a Leonel, pero a medida que avanzaba su embarazo, rara vez se aventuraba a salir.
Incluso sus visitas al bufete eran breves y se limitaban a comprobar las cuentas antes de volver a casa. Se abstuvo de asistir a reuniones sociales.
Poco a poco, su vientre se fue hinchando con el avance del embarazo. Llevaba una vida solitaria y sólo salía para las revisiones prenatales. Su asistente transmitía los informes de las ecografías a Leonel, quien, a su vez, enviaba a Alexis mensajes de texto sin falta al recibirlos.
Alexis guardaba silencio. Valoraba su vida tranquila y prefería que no la molestaran. Los controles prenatales regulares y las sesiones de terapia formaban parte de su rutina. Desde su regreso de Merblune, acudía regularmente a un terapeuta.
Su cumpleaños era en junio. Aunque Waylen tenía la intención de organizarle una gran fiesta de cumpleaños, Alexis declinó la oferta. Acariciándose el abdomen hinchado, expresó: «¿Cómo podría asistir a una fiesta, papá? Preferiría no presenciar un concurso de belleza estando enorme».
Waylen asintió con la cabeza. «Tienes razón».
No obstante, en un intento de levantarle el ánimo, la familia Fowler organizó una escapada a un complejo turístico. Elva y Olivia planearon el viaje, encargándose de todo, expertas en alegrar a Alexis, una tarea que ejecutaron de forma encomiable.
Alexis se deleitó con un cóctel ligero de bajo contenido alcohólico. Cuando regresó al hotel, la invadió una sensación de comodidad y relajación.
Reflexionando sobre el pasado, se dio cuenta de que había estado tensa durante los últimos años y no había experimentado tanta felicidad en mucho tiempo.
Olivia acompañó a Alexis hasta la puerta, con una actitud juguetona que hizo evidente al inclinar la cabeza. «Elva y yo estamos aquí al lado. No dudes en llamarnos si necesitas algo».
Aceptando el gesto, Alexis asintió en señal de gratitud. Olivia se acercó a Alexis y la envolvió en un cálido abrazo, colocando suavemente una mano sobre el vientre de Alexis. Olivia arrulló: «Pequeña, tú también lo estás haciendo muy bien».
Alexis no pudo evitar que el gesto de Olivia le pareciera tierno. Recordaba cómo Olivia, de niña, siempre iba detrás de ella y Edwin. Ahora, en un abrir y cerrar de ojos, Olivia se había convertido en una hermosa joven.
Con una tierna caricia en el pelo de Olivia, Alexis habló en voz baja. «Algún día te presentaré a alguien».
Al oír esto, Olivia intuyó que Alexis pretendía emparejarla con alguien. Rápida para intervenir, Olivia detuvo a Alexis y le dijo: «Aún soy joven. Quiero disfrutar de la vida un par de años más».
Acariciando cariñosamente la cabeza de Olivia, Alexis se burló: «¿Aún quieres jugar al campo a tu edad?».
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