La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1534
Capítulo 1534:
El conductor dudó, consciente de que Alexis tenía terminantemente prohibido marcharse. Sin embargo, al notar la ausencia de Evelyn, supuso que Alexis no se iría sola. Pensando que no le causaría daño simplemente entregarle algo a Leonel y regresar, accedió de buena gana.
En la oscuridad de la noche, Alexis observó cómo el conductor se dirigía al bullicioso salón de banquetes, entrecerrando los ojos para vislumbrar sus movimientos.
Mientras tanto, Evelyn entraba silenciosamente en el coche por la puerta abierta.
Con determinación, Alexis se deslizó en el asiento del conductor y pisó ligeramente el acelerador. El coche rugió y se dirigió poco a poco hacia la entrada de la finca. En el interior del coche, a Alexis le temblaban las manos cuando por fin pudo escapar.
Llevaba casi medio mes en Geveland con Leonel y el miedo se apoderaba de ella. No sabía qué haría si su comportamiento se intensificaba hasta el punto de ponerla en peligro, especialmente la posibilidad de que volviera a dejarla embarazada.
Entonces, recordó que Evelyn también estaba en el coche y dijo en voz baja: «Vamos a casa».
Evelyn asintió con la cabeza. Evelyn apreciaba a su padre y los momentos en que ambos cuidaban juntos de ella y de su hermano Daniel. Sin embargo, comprendía que si su madre no era feliz, ella tampoco lo sería.
Alexis aceleró el coche pisando el acelerador. El conductor no tardó en darse cuenta de que había sido engañado y comenzó a perseguir el coche, gritando en un idioma que no podían comprender. Sin embargo, el coche de Alexis ya se acercaba a la verja, emprendiendo velozmente la huida.
En ese momento, el imponente portón negro comenzó a cerrarse lentamente. Por encima de su cabeza, innumerables luces incandescentes iluminaban la noche, proyectando un resplandor semejante a la luz del día.
Alexis frenó en seco y el coche se detuvo de golpe. Sentada inmóvil en el asiento del conductor, miró al frente con calma. Comprendió que, de todos modos, no podría huir. En ese momento, se dio cuenta de que Leonel nunca había confiado realmente en ella y siempre había albergado sospechas.
Ansiosa, Evelyn preguntó: «Mamá, ¿no vamos a escapar?».
Alexis cerró los ojos, con la voz teñida de un dejo de resignación. «No, ahora mismo no podemos escapar. Puede que tengamos que quedarnos aquí un tiempo más».
Evelyn apretó los labios y guardó silencio. A pesar de su juventud, comprendía hasta cierto punto la situación.
Al cabo de unos dos minutos, la puerta del conductor se abrió desde el exterior. Alexis levantó la vista y vio a Leonel de pie, vestido impecablemente con su traje, mirándola con ojos amables.
Un escalofrío recorrió la espalda de Alexis. Se preguntó cómo reaccionaría Leonel ante su intento de escapar.
«Este lugar te pertenece, ¿verdad? Todo un artista», dijo Alexis en voz baja.
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