Capítulo 1523:

A pesar de sus propias luchas, Evelyn sabía que tenía mucha gente que la quería. Pero tenía la sensación de que nadie quería a su padre.

Con lágrimas en los ojos, Evelyn dijo en voz baja: «Papá, tengo mucho miedo. Pero si vuelves, no importa si no puedo oír por un oído. Tengo otro. No tengo por qué dedicarme a ser pianista. Lo que más me importa es que mamá y tú podáis estar juntos conmigo y con Danny».

El corazón de Leonel se hizo añicos. Abrazó fuertemente a Evelyn y le susurró: «Te prometo que te curaré la oreja».

En ese momento, Alexis recobró el conocimiento. Los miró con calma, como si hubiera oído su conversación.

Leonel intentó hablar, pero las palabras le fallaron.

Al notar que Alexis despertaba, Evelyn corrió a sus brazos, llamándola suavemente «mamá».

En la quietud de la noche, Evelyn finalmente se quedó dormida. A pesar de su debilidad, Alexis se cubrió con un abrigo y se acomodó en el sofá. Cuando Leonel se acercó con un vaso de agua, la oyó preguntar: «¿Dónde está Anika?».

Bajo el suave resplandor de la lámpara, el vaso de agua temblaba ligeramente sobre la mesa. Leonel se sentó frente a Alexis, estudiando su rostro pálido.

En voz baja, le aseguró: «Me he ocupado de esa mujer. Te doy mi palabra de que no volverá a aparecer en nuestras vidas, y nunca podrá hacernos daño…»

«¿No volverá a aparecer en nuestras vidas? ¿Y nunca más lastimará a Evelyn?» La voz de Alexis era igual de suave, pero estaba impregnada de tristeza y de un resentimiento profundamente arraigado tanto hacia Anika como hacia el hombre que tenía delante.

«Leonel, ¿por qué no te ocupaste de ella antes? Por tu culpa, Evelyn está casi sorda. ¿Puedes devolverle la audición?»

Si Leonel se hubiera ocupado de Anika antes, no habría podido interferir en sus vidas ni dañar a Evelyn. Levantando la cabeza para encontrarse con su mirada, Alexis afirmó fríamente: «¡Déjamela a mí!».

Leonel se levantó y se agachó frente a Alexis. Le tendió la mano, vacilante, como si temiera que ella rechazara su contacto. Mirándola a los ojos, le prometió: «Alexis, te prometo que no nos molestará más».

No quería que Alexis se enfrentara a Anika y descubriera lo que le había hecho. Temía que Alexis descubriera el alcance de su lado más oscuro.

Alexis bajó la mirada y se burló. «Bueno, ¿temes que le haga daño a tu querida?».

Leonel sintió una punzada en el corazón. Tras una breve pausa, le apartó suavemente el pelo de la frente y dijo: «¡Claro que no! Sólo me preocupa que tengas pesadillas si ves el aspecto que tiene ahora».

Alexis no le creyó, pero también sabía que era poco probable que Leonel le entregara a Anika fácilmente. Rechazó sus caricias y no dejó que se acercara a ella.

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