Capítulo 1519:

Waylen se dio cuenta de que no podía ocultarle la verdad a Alexis. El peso de la noticia lo envejeció al instante, su expresión se volvió sombría.

«Evelyn está en la habitación de al lado, pero hubo una explosión. Ha sufrido daños auditivos en un oído. Podría ser irreversible», dijo lentamente, con la voz cargada de pesar.

Alexis se quedó en silencio.

Evelyn había perdido la audición en un oído. ¿Cómo era posible?

Alexis se quitó las sábanas y saltó de la cama, sin tener en cuenta sus heridas. Salió corriendo, descalza, y sus músculos debilitados la hicieron tropezar por el camino.

Abrió de un empujón la puerta de la sala VIP contigua.

Alexis observó a Evelyn sentada en la cama, con expresión ausente. Evelyn llevaba una bata de hospital adornada con rayas azules sobre un fondo blanco, con restos de ceniza de fuego aún en la cara. A pesar de la inexpresividad, el miedo aún persistía en sus ojos muy abiertos.

Alexis oyó la voz temblorosa de Evelyn al preguntar a Leonel, que estaba a su lado: «Papá, ¿nunca recuperaré la audición en este oído?».

Alexis vio a Leonel sosteniendo a Evelyn, con su pequeño cuerpo temblando en sus brazos.

¿Por qué? ¿Por qué, a pesar de la culpabilidad de Leonel, Evelyn se llevaba la peor parte? Sólo tenía diez años y un talento excepcional para tocar el piano. Soñaba con convertirse en la mejor pianista del mundo.

Y ahora Evelyn tenía problemas de audición en un oído.

Soltó el picaporte y la puerta se balanceó suavemente.

Leonel miró a Alexis, pero ella desvió la mirada y se centró únicamente en Evelyn. Evelyn se encontró con la mirada de su madre, las lágrimas corrían por sus mejillas mientras gimoteaba: «Mamá».

Alexis se acercó lentamente, con los labios temblorosos.

Evelyn se arrojó a los brazos de Alexis, temblando sin control. La consumía el miedo, tanto a la muerte como a perder el oído.

Alexis la abrazó y, con voz grave y cargada de tristeza, la tranquilizó: «No pasa nada, cariño. Estoy aquí para ti».

Evelyn rompió a llorar, abrumada por el dolor.

Sólo ellas comprendían la peligrosa situación a la que se habían enfrentado. De no haber sido por la rapidez mental de Alexis al buscar refugio en el pozo, tal vez no habrían sobrevivido.

Leonel se acercó y quiso abrazar a Alexis, pero ella habló en voz baja. «No lo hagas. No te acerques, Leonel».

La nuez de Adán de Leonel se balanceó mientras hablaba. «Alexis, al menos déjame cuidar de ti y de Evelyn».

En el pasado, Alexis siempre había mantenido una conducta respetuosa hacia él, especialmente frente a los niños, manteniendo su imagen paternal con gran reverencia.

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