La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1407
Capítulo 1407:
Albert la miró fijamente.
Después de un rato, murmuró: «Sólo tu cara me hace esto. No puedo evitarlo».
Jessie supuso que se había vuelto totalmente loco, que no esperaba una reacción así, especialmente con Elsie y Jeslyn cerca… Supuso que Albert se había sentido bastante solo a lo largo de los años.
Mientras se enredaban ese día, Albert confesó que hacía años que no tenía relaciones íntimas.
Jessie le tomó la palabra.
Ella confiaba en él implícitamente. Albert no era de los que engañan, nunca lo había sido. Incluso cuando estaban juntos años atrás, había sido abierto acerca de sus devaneos con otros, algunos incluso desfilando descaradamente ante ella. Ella no era su esposa, así que no tenía derecho a oponerse.
Pero a pesar de su comprensión, una chispa de frustración hervía dentro de Jessie. Sentía que no debía ser tan indulgente…
Albert, que aún no se había recuperado del todo, empezó a sudar después de unos pocos movimientos.
La voz de Jessie era apenas audible cuando susurró: «¿Y si… usamos esa cosa?».
Albert vaciló.
La escena se repitió en la mente de Albert, y sabía que no podía seguir adelante con ella. No porque no estuviera dispuesto, sino porque intuía que Jessie no se sentiría cómoda con ello, lo que le impulsó a contenerse.
Mirándola fijamente, le preguntó: «¿Tan desesperadas se han puesto las cosas para ti?».
Jessie maldijo en voz baja.
Las fuerzas de Albert habían menguado. Vestido con el holgado atuendo de hospital, aún necesitaba ayuda para ponerse los pantalones. Jessie guardó silencio y procedió a desabrocharle los pantalones.
Albert inclinó la cabeza, su mirada se posó en su esbelto cuello, absorbiendo su tacto… En ese instante, el impulso inicial dio paso a un sentimiento diferente.
«¡Jessie!»
Susurró su nombre, sin decir nada más. En ese momento, imaginó un futuro envejeciendo con ella… Consciente de la diferencia de edad, reconoció que envejecería antes que Jessie, pero que ella seguiría siendo su mujer para siempre.
Al terminar de ir al baño, Jessie le ayudó a reajustarse los pantalones.
Una simple mirada fue suficiente para que Jessie fijara los ojos en su tierna Mirada.
Albert, bajo los cuidados de Jessie, no quería abandonar el hospital, pero reconocía los innumerables inconvenientes que suponía su estancia.
Pasó una semana antes de que le dieran el alta.
Melissa supervisó las operaciones de la empresa, aliviando las preocupaciones de Albert. Si surgían asuntos importantes, Melissa le pedía consejo.
De vez en cuando, Alexis la visitaba para deliberar sobre temas relacionados con el trabajo.
Sin embargo, Jessie no hizo ninguna aparición.
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