La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1355
Capítulo 1355:
Jessie sonrió satisfecha: «¡Sigue soñando!».
Justo cuando Axell iba a continuar, sonó su teléfono. Era el hospital. Su expresión cambió al descolgar. Volviéndose hacia Jessie, se disculpó: «Hay una emergencia en el trabajo. Me tengo que ir».
Añadió torpemente: «Te llevaré a casa primero».
Pero Jessie musitó: «El paciente es prioritario. Adelante, ya me las arreglaré».
Axell le golpeó suavemente la nariz, susurrando: «¡Hasta luego!».
Jessie asintió y salió. Axell se quedó un momento y se marchó.
Corrió al hospital y se puso la bata blanca de laboratorio.
Al entrar en la consulta, Axell fue recibido por sus compañeros que, blandiendo un trozo de tarta de cumpleaños, le gritaban: «¡Feliz cumpleaños!».
Sorprendido, Axell vio a su amigo Austin Hanson al frente.
Sonrió y le dio un empujón juguetón: «¡Vamos, colega! Hoy no es mi cumpleaños. ¿Cuál es el chiste? Hoy voy a presentar a mi chica a mis padres. Si te metes en mis planes, te las verás después».
Austin se rió como respuesta.
Luego se volvió y dijo: «Sí, no es tu cumpleaños. Es el de la Dra. Barnes. He oído que va a organizar una fiesta para todo el hospital. Así que, Axell, no hace falta que te lo recuerde, ¿verdad?».
Dándole un codazo a Axell, Austin se burló: «No todo el mundo tiene tanta suerte como tú, tío».
Mientras Austin hablaba, la cumpleañera Debra Barnes se acercó a ellos.
Con una suave sonrisa, susurró: «¿No te alegras de verme, Axell?».
Axell hizo una pausa, momentáneamente sorprendido.
Rápidamente recuperado, respondió con una sonrisa: «No hay malentendidos, siempre eres bienvenido».
La multitud se dispersó.
La sala se calmó y la tarta quedó sobre el escritorio. Tras pensarlo un momento, Axell tomó la palabra. «Debra, tengo novia».
«¡Lo sabía!»
Debra mantuvo la compostura, con las manos a la espalda, como si no le preocuparan los enredos románticos de Axell. «No voy detrás de nada. Pero tengo un proyecto entre manos y me vendría bien tu consejo. De ahí el soborno de la tarta».
Axell suspiró. «Salí con mi chica y tuve que volver corriendo. Me dijeron que era una emergencia. Austin se lo ha buscado, ¡ese mocoso!».
Acercándose más, Debra preguntó en voz baja: «¿He oído que tu chica es muy guapa?».
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