Capítulo 1341:

Leonel sintió una punzada de decepción. «No será tanto tiempo. No te puedes quedar?».

«La espalda me está matando», respondió ella, frotándose la cintura antes de subir las escaleras.

Una vez que Alexis hubo desaparecido escaleras arriba, Waylen colocó el tablero de ajedrez y preguntó despreocupadamente: «¿Alexis y tú habéis estado reñidos últimamente?».

Inclinándose, Leonel hizo un movimiento y le aseguró: «No te preocupes. Estamos bien».

Bañado por la luz, estaba muy elegante con su camisa blanca y sus pantalones negros. Waylen parecía satisfecho con Leonel, pero se preocupaba por la compatibilidad de la pareja.

Distraído, Leonel perdió la partida en menos de 20 minutos. Con una leve sonrisa, recogió las piezas de ajedrez y las colocó en el tablero.

«¡Sigues siendo todo un jugador!».

La mirada de Waylen se volvió pensativa.

Después de un momento, soltó una risita: «¡Ve a buscar a Alexis!».

Levantándose, Leonel dijo: «De acuerdo, primero llevaré a Alexis a casa, ¡y traeré a Evelyn y a Daniel a cenar el sábado!». Se está haciendo tarde. Deberías irte a la cama».

Waylen asintió.

Arriba, fuera del dormitorio de Alexis, Leonel se detuvo.

Tras una breve vacilación, llamó suavemente a la puerta. «¡Alexis!»

No obtuvo respuesta, así que empujó la puerta. La habitación estaba tenuemente iluminada, con una sutil fragancia en el aire. Sin encender la luz, se dirigió a la cama.

Alexis yacía dormida, cubierta con una fina manta, de espaldas a la puerta, con el teléfono resbalándole de la mano.

Leonel cogió el teléfono y lo miró, con expresión sombría. Después de un momento, lo devolvió a la mesilla de noche, con la pantalla iluminando la habitación. Le tocó suavemente el hombro. «Alexis, es hora de volver a casa».

Ella se despertó de su letargo…

Alexis se despertó, todavía triste porque había vuelto a tener el mismo sueño.

En él, traía las cenizas de Calvin de otro país.

Soñó que el avión nunca aterrizaba.

Súbitamente despierta, sintió una piel cálida a su lado y se aferró a ella, apretando la cara contra ella.

Leonel notó la humedad en su brazo.

Alexis había llorado.

Aunque era primavera, el dormitorio parecía helado.

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