Capítulo 1064:

Melissa agachó la cabeza, concentrándose en los platos. Tras una pausa, tomó la palabra.

«Tengo pensado comprar una casa más grande dentro de seis meses. En cuanto a la villa, si quieres dársela a Matthew, no me opondré. Aunque esperemos a que sea mayor».

Apoyado en la nevera, Marcus preguntó: «¿Son mis posesiones una carga para ti? Sin embargo, aceptas de buen grado todo lo que Albert te ofrece».

Melissa respondió en voz baja: «Trabajo para él. Es justo que me compense».

Marcus apagó el cigarrillo y se inclinó hacia ella.

En voz baja, propuso: «Entonces trabaja para mí. Puedo pagarte diez veces o cien veces».

Melissa esbozó una leve sonrisa y optó por no discutir.

Para su sorpresa, él no insistió ni discutió. Respetó sus deseos.

Sin embargo, al salir de la cocina, se puso el abrigo, preparándose para partir. Matthew apoyó la cabeza en el hombro de Marcus y lo abrazó con fuerza durante un rato.

«Muy bien, llámame si empiezas a echarme de menos», dijo Marcus, dándole al pequeño una suave palmadita.

A continuación, sacó de su bolsillo un pequeño teléfono móvil especialmente diseñado para Matthew. Sólo tenía programados dos números: el suyo y el de Melissa.

Le enseñó a hacer una llamada.

Matthew se hizo rápidamente con el teléfono y sonrió. Cuando Marcus se marchó, Matthew le plantó un beso en la mejilla.

Melissa acompañó a Marcus hasta la puerta.

Marcus le lanzó una mirada lasciva antes de bajar las escaleras sin decir palabra.

A la mañana siguiente, temprano, Julie volvió para cuidar del pequeño, lo que permitió a Melissa dirigirse al trabajo.

Tras dudar un momento, preguntó: «¿No ha pasado la noche el señor Fowler?».

Melissa sorbió su café tranquilamente antes de afirmar: «Nos hemos separado.

Julie, evitemos seguir hablando de él».

Julie rápidamente ofreció sus disculpas.

Melissa comprendía las buenas intenciones de Julie, pero lo cierto era que tanto ella como Marcus habían decidido separarse. A pesar de los ocasionales ataques de celos y posesividad de Marcus, seguían firmes en su decisión.

Ya no eran adolescentes. No podían vacilar en sus decisiones sin cesar.

Melissa le confió a Julie la propuesta de Marcus de la noche anterior. Julie apoyó su elección.

«¡Así es como debe ser! ¿Quién sabe lo que nos deparará el futuro? Al menos ahora somos capaces de cuidar de Matthew. No lo agobiemos excesivamente ni permitamos que nos menosprecie».

Sin embargo, Julie no podía deshacerse de su tristeza.

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