Capítulo 1032:

Fue entonces cuando Melissa pudo por fin pasar un rato agradable con su hijo.

Como llevaban un mes sin verse, Melissa lo colmaba de besos, pero nunca parecía suficiente.

Matthew empezaría la guardería el año que viene. Mientras tanto, Melissa solía leerle libros ilustrados. Cuando fue a abrir el cajón de la mesilla de noche por costumbre, recordó el anillo de diamantes que había colocado allí la última vez.

«Se lo ha llevado papá», dijo Matthew con naturalidad.

Melissa salió de su ensueño y miró a Matthew. A pesar de su juventud, articuló: «Le di el anillo a papá cuando lo encontré. Se lo metió en el bolsillo».

Melissa guardó silencio, pero estampó un beso en la frente de su hijo.

Matthew se sentó en silencio en el abrazo de su madre, escuchando su historia.

Finalmente, le cogió la mano y corrigió: «Mami, lo has leído mal.

Son tres ovejas, no conejos».

Melissa bajó la cabeza y frotó suavemente la barbilla contra el sedoso pelo de su hijo.

Murmuró suavemente: «Lo leeré otra vez, entonces».

Sin embargo, los pensamientos de Matthew estaban en otra parte. Acurrucado en el abrazo de Melissa, preguntó en voz baja: «¿Tendré una nueva mamá algún día?».

«¿Qué quieres decir?»

Matthew, sintiendo un fuerte vínculo con Melissa, continuó compartiendo en un tono suave. «La última vez, en casa del abuelo, éste estaba enfadado con papá. Le gritó a papá, diciendo que ya tenía una mujer, y sin embargo perseguía a otra. El abuelo le preguntó a papá si quería dos esposas. Mamá, ¿me buscará papá una nueva mamá?».

Melissa especuló con la posibilidad de que Marcus hubiera conocido a alguien nuevo.

Matthew aún era pequeño y probablemente no podía entender todo aquello.

Melissa acunó a Matthew y lo tranquilizó suavemente: «Te quedarás conmigo.

Puede que tu padre encuentre a alguien que le guste más adelante, pero no tienes por qué llamarla mamá».

«¿No tengo que llamarla mi nueva mamá?».

Melissa le plantó un beso en la frente y lo tranquilizó: «No, no tienes por qué».

Matthew se sintió más tranquilo. Acurrucado en el abrazo de Melissa, al final se asomó y preguntó: «¿Habéis roto papá y tú?».

La nariz de Melissa se crispó ligeramente.

Por un momento, Melissa se esforzó por explicárselo a Matthew, pero él insistió. «Papá mencionó que discutió contigo, como yo discuto con Daniel. Mamá, Daniel y yo nos reconciliamos enseguida. ¿Papá y tú también os reconciliaréis?».

Melissa abrazó a Matthew con ternura.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar