Capítulo 1015:

Ella intentó ir a la habitación de invitados, pero él tiró de ella hacia atrás. «Ve al dormitorio principal. Sylvia pon tu ropa allí», le ordenó.

Melissa se encontró atrapada entre los brazos de Marcus.

Aunque él no había hecho nada, ella no se atrevía a mirarlo a los ojos. Bajó los ojos y le temblaron los labios. «Es demasiado pronto», murmuró.

«No lo es», replicó él.

Con sus finos dedos recorriendo los labios de ella, Marcus susurró: «Matthew ha crecido».

Con voz suave, le dijo al oído: «Melissa, tengamos otro hijo, ¿vale?».

Deseaba tanto un hijo como una hija, aunque se conformaría con que el segundo hijo siguiera siendo varón.

El rostro de Melissa se calentó. Lo apartó en silencio y dijo: «¿No habías mencionado ir a por comida? Iré a cambiarme y a desmaquillarme».

Al entrar en el vestidor del dormitorio principal, Melissa notó un cambio en su distribución.

Ella había organizado este espacio antes.

Al principio, tenía otro aspecto. Antes había dos grandes armarios, pero ahora eran armarios esquineros, posiblemente para acomodar más objetos.

Era evidente que las secciones del señor y la señora estaban separadas, siendo esta última ligeramente más grande.

El corazón de Melissa se aceleró al abrir suavemente el armario.

Estaba lleno de ropa de mujer. Había vestidos y batas tanto para ocasiones especiales como para el día a día. Varios cajones grandes contenían accesorios, entre los que había un reloj que le llamó la atención.

Era un reloj de mujer Patek Philippe.

Éste y el reloj que solía llevar Marcus eran un conjunto para parejas.

Melissa recordó que éste en concreto ya no estaba disponible en el mercado, pero que él había comprado uno y lo había guardado aquí.

Las emociones de Melissa se mezclaban mientras miraba el anillo que llevaba en el dedo. Aunque se trataba de un gesto de él, no podía sentir la misma sorpresa y emoción que antes. No se trataba de amor; quizás era porque había pasado por mucho.

Decidió no probarse el reloj y volvió a colocárselo con cuidado.

Marcus estaba de pie junto a la puerta, observándola.

Se quitó la corbata y se remangó la camisa, dejando al descubierto sus fuertes antebrazos, que contribuían a su aspecto maduro y encantador.

Tras un momento de silencio, se acercó a recoger el reloj.

«¿No te gusta?», preguntó.

«Es demasiado caro. No puedo llevarlo al trabajo», respondió ella.

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Nota de Tac-K: Espero hayan tenido un fin de semana estupendo lindas personitas, ánimos en este inicio de semana, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (ɔO‿=)ɔ ♥

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