La pequeña novia del Señor Mu
Capítulo 984

Capítulo 984:

Tras ser persuadido por Mark y Eric, Jackson ya no dudó e hizo la videollamada.

Tiffany acababa de salir de la ducha y estaba haciendo yoga en la cama. Afortunadamente, no llevaba ningún pijama atrevido. De lo contrario, no habría dejado que los demás la miraran.

Parecía normal mientras preguntaba: «¿Qué pasa? ¿No dijiste que querías irte pronto a casa a descansar? ¿Por qué estás en el restaurante? Vete pronto a casa después de comer y no bebas».

Jackson sacó el broche y se lo mostró.

“¿Reconoces esto?»

Tiffany lo miró y lo escrutó un momento antes de decir: «No lo reconozco. ¿Es un broche? ¿Es tuyo? No llevo esas cosas. ¿Cómo voy a saberlo?”

Continuó diciendo: «Lo encontré en tu casa, cerca del dispensador de agua. No es mío, pero es un broche de hombre. No te lo pregunté en aquel momento. Ahora que lo pienso, es mejor que te lo pregunte».

Tiffany pareció sorprendida. Pensó: «¿Un broche de hombre cerca del dispensador de agua? Sólo Alejandro vino una vez a mi casa. Debe de ser suyo. Entonces, le dijo a Jackson: Tú… ¿Quieres oír la verdad o quieres que mienta? No te enfades si te lo cuento…».

El corazón de Jackson se hundió ligeramente.

“Dímelo entonces, no me enfadaré mientras sea la verdad».

Dijo Tiffany algo incómoda.

“Creo que debería ser de Alejandro. Vino a South Park a comer conmigo. Cuando me llevó a casa, subió a mi apartamento y se quedó unos minutos. Ni siquiera se bebió el té que le preparé. Se quedó un rato cerca del dispensador de agua.

Podría ser suyo. Estoy diciendo la verdad. Honestamente, ni siquiera recuerdo haber visto este broche. Sin embargo, aparte de ti, es el único que ha estado en el apartamento…».

Como era de esperar, pertenecía a Alejandro. Jackson respiró hondo.

“Muy bien… ¿Qué te parece esto? Te ayudaré a devolvérselo más tarde. ¿Qué te parece?»

Tiffany parecía algo inquieta mientras decía: «Claro… devuélveselo a su dueño… puedes ocuparte de él como quieras».

Después de colgar, Jackson miró a Mark y Eric.

“¿Qué les parece?»

Eric analizó la situación y dijo: «Tartamudeó un poco, y estaba ligeramente nerviosa. Sin embargo, no creo que sea porque se sienta culpable. Probablemente le preocupa que puedas malinterpretarla».

Mark dijo: «Estoy de acuerdo con Eric. No tengo nada que añadir. Intenta entenderlo cuando se lo devuelvas a Alejandro».

Entonces respondió Jackson bastante malhumorado.

“Todos ustedes han venido realmente sólo por una comida gratis. Son unos inútiles. Dénse prisa y coman. Nos iremos a casa después de comer. Mañana me reuniré con Alejandro para sondearle… ¡Si el bebé es suyo, le daré una paliza hasta arruinarle la parte superior del cuerpo!”.

No dijo esas crueles palabras por rabia. Lo haría de verdad. Nadie tendría sus extremidades intactas después de ser golpeado por él.

Tras la comida, Mark se quedó en el coche otros veinte minutos después de llegar a la Mansión Tremont antes de entrar en la casa. Aún era temprano, y Arianne definitivamente aún no dormía. Estuvo fuera toda la tarde, y llovía a cántaros cuando iba de camino a casa. Sin embargo, ni siquiera le llamó o le envió un mensaje de texto para ver cómo estaba. ¿Acaso no estaba preocupada por él?

Cuando entró en la casa, el mayordomo, Henry, le susurró algo al oído.

“Hemos descubierto algo sobre Alejandro».

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