Capítulo 242:

Eric casi dudó de sí mismo tras la perorata de Tiffany.

“Tú… ¡Bien! Es todo lo que tengo que decir. Haz lo que quieras. Sólo te hago un recordatorio. No puedes hacer deporte con ciertas personas, ni tampoco permitírtelo. Esto es para evitar que las cosas se pongan incómodas cuando nos encontremos con Arianne en el futuro. Jackson nunca es de los que obligan a los demás. Si eres reacio, no pasará nada entre los dos. Dicho y hecho, piénsatelo tú».

Tiffany puso los ojos en blanco.

“Vale, de acuerdo. Gracias por tu recordatorio. Ahora vete, ¡No bloquees mi fuente de luz!».

Cuarenta minutos más tarde, Brian dejó a Arianne en White Water Bay. La puerta de la casa de Jackson se quedó entreabierta, pero aun así llamó primero.

Cuando Tiffany lo oyó, corrió a abrir la puerta como una ráfaga de viento.

“¡Ari!»

Arianne se sorprendió.

“Tiffie, ¿Por qué estás aquí?».

Tirando de la chica hacia el interior, Tiffany le explicó brevemente: «He encontrado un trabajo a tiempo parcial. Trabajo por horas aquí. Algo de limpieza y esas cosas…»

Arianne sintió que se le apretaba el corazón. Tiffany podría haber sido como el resto de los hombres de aquí…

No mostró lo que sentía en su interior ni se lo cuestionó más. Al sentir el olor a cigarrillo en el salón, fue a abrir las ventanas.

Mark tosió de repente, asustando a Eric.

“Eh… Mark no fumaba».

Mark se recostó en el sofá y se acarició la barbilla con impotencia. ¿Eric era estúpido? Básicamente lo estaba delatando, ¡Cuando era él quien lo incitaba! Había tosido porque tenía que hacerlo, ¡No porque quisiera recordárselo!

Arianne se quedó perpleja.

“No pasa nada… sólo abro las ventanas para ventilar. No pasa nada por fumar, no me hagas caso».

De repente, Jackson asomó la cabeza por la cocina.

“¿Qué es ese olor? No he empezado a cocinar, ¿Qué se está quemando?».

Tiffany palideció y volvió corriendo al dormitorio de Jackson.

“Creo que es tu ropa chamuscándose por la plancha…».

Jackson sintió un dolor de cabeza incipiente y la siguió hasta la habitación. Al ver la prenda humeante bajo la plancha, Tiffany la agarró con la mano y casi saltó por el calor abrasador.

“¡Ah!»

Jackson le cogió la mano inmediatamente.

“¿Te encuentras bien? No te preocupes. Yo me encargo de esto. Ve a relajarte fuera».

Tiffany se paró en su sitio y le vio limpiar el desastre con una mano. No es que no quisiera irse, sino que su mano seguía en su agarre…

Por alguna razón, Tiffany recordó lo que Eric le había dicho y una sirena sonó en su cabeza cuanto más pensaba en ello. Apartó de un manotazo la mano de Jackson.

“Te compensaré por la ropa estropeada».

Jackson estaba un poco aturdido mientras miraba su palma ahora vacía.

“Hmm… no vale mucho, no hace falta compensación. Es sólo una camisa. Está bien mientras no me arruines los trajes».

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