Capítulo 1742

:

Se consideraba que era la primera visita de Millie allí, así que estaba un poco tímida. Sentía curiosidad y ganas de jugar cuando veía los diversos objetos del patio que parecían divertidos para jugar, pero al mismo tiempo tenía miedo de hacerlo.

No fue hasta que Arianne salió a darles la bienvenida y consiguió que Smore trajera a Millie para que jugara con ella, que ésta se armó un poco más de valor.

Desde el momento en que Melanie entró en la Mansión Tremont, Arianne pudo darse cuenta de que la había visitado por algún motivo, así que le pidió a Mary que preparara un poco de té. Luego, tanto ella como Melanie se sentaron junto a la mesa de té del patio mientras conversaban despreocupadamente.

“¿Qué ocurre? Sé que la situación dentro de los Larks no pinta demasiado bien, así que tú también debes de sentirte mal».

Melanie bajó los ojos.

“Sinceramente… no tengo mucho por lo que sentirme mal. Me preocupa la cantidad de presión que mi familia ejerce sobre mí, pero no me importa cómo acaben los Larks. Arianne, sigo queriendo divorciarme».

Los ojos de Arianne temblaron un poco.

“Me enteré por Tiffany que Alejandro no está dispuesto a divorciarse por el momento. Lógicamente… no deberías tener ningún motivo para insistir en divorciarte, ¿Es porque Alejandro te acusó injustamente? Aunque fuiste tú quien aprobó en silencio cargar con la única responsabilidad en aquel momento…».

Melanie negó con la cabeza.

“No es por eso. Aunque me entristeció un poco cuando sospechó de mí anteriormente, pero… no le culpo. La razón por la que quiero divorciarme es porque no puedo seguir viviendo así. No puedo seguir viviendo con él cuando lo único que me queda es la tortura.

Me ha prometido hacerse cargo de la empresa que tienen los Larks y pasármela para que yo la gestione, pero no sé qué tengo que hacer. Yo… soy una hija ilegítima que mi padre tuvo con otra mujer. Qué broma, ¿Verdad?

Me enteré hace poco porque mi madre me trataba igual que a mis dos hermanos desde que era pequeña, así que no fui capaz de darme cuenta en absoluto. Mi verdadera madre hace tiempo que falleció, y me trajeron a los Larks cuando tenía un mes…”.

Arianne se quedó ligeramente sorprendida.

“¿Cómo es posible? ¿Estás segura de que no es… algo que dijo tu madre en caliente mientras discutía contigo?”

Melanie esbozó una sonrisa irónica: «No, es cierto. Desde que me casé, mi madre casi nunca me había llamado. Rara vez tomaba la iniciativa de llamarme, aparte de cuando necesitaba la ayuda de Alejandro para algo relacionado con los negocios. Además, en el momento en que se produjo el incidente en el que mi hermano empujó a Tiffany, todos los Larks esperaban que yo asumiera toda la responsabilidad.

¿No soy yo la persona más inocente? Todo lo que tienen los Larks pertenece a mis dos hermanos, yo no tengo ninguna parte. Todo cambió en el momento en que me casé. En el pasado, antes de casarme, nunca me habían hecho sentir que algo andaba mal.

Creo que probablemente se debía a que querían criarme lo suficientemente bien como para poder recibir un beneficio aún mayor más adelante. Estoy muy agradecida de que nunca me dijeran la verdad durante los últimos 20 años, ya que no pensaba poco en mí. Al menos pude vivir feliz durante todos esos años».

Arianne guardó silencio un momento antes de decir por fin: «Creo que ahora entiendo lo esencial. Debiste de sentirte desolada cuando Alejandro te propuso el divorcio. Te habías enterado de la verdad sobre tu identidad y tu familia incluso te trataba así, y aun así tu marido quería divorciarse de ti. ¿Sientes que no tienes a nadie de quien depender en este momento?

¿Te sientes desamparada? Quieres divorciarte con la esperanza de escapar de todo esto, lo cual puedo entender… ¿Pero qué pasa con Millie? Ella es la única «cosa» que te pertenece ahora».

Melanie se volvió para mirar a Smore y Millie, que jugaban juntos, y empezaron a brotarle lágrimas de los ojos.

“No sé, yo tampoco soporto separarme de mi hija, pero tengo muchas ganas de irme de allí. Cada vez que pienso en que ya no estará en mi vida, acabo llorando tanto que me quedo sin voz. Me siento muy desanimada, pero no podré irme si no la dejo con Alejandro, él nunca me permitirá llevármela conmigo.

Además, tengo miedo de no ser capaz de criarla bien yo sola. En el pasado, siempre había vivido como una princesa en casa de los Larks, donde todo me lo ponían en bandeja de plata, así que nunca pensé en cómo podría vivir de forma independiente.

Además, me he casado tan pronto e incluso he dado a luz a un niño, así que no tengo ni idea de cómo podría sobrevivir sola cuando de repente me veo obligada a esta situación…”.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar