La pequeña novia del Señor Mu
Capítulo 1508

Capítulo 1508:

Aristóteles percibió sus emociones y preguntó inocentemente: «Mamá, ¿Estás triste por lo de Abwela?”

Arianne frunció los labios en una sonrisa.

“La verdad es que no. No sabes cuántos problemas tengo. Es mucho mejor quedarse a tu edad, no tienes que preocuparte por nada. Los adultos tienen demasiados problemas…».

Aristóteles intentó tocarle la cabeza, imitando a Mark. No era lo bastante alto, así que Arianne tuvo que ayudarle y ponerse en cuclillas.

Sus acciones calentaron el corazón de Arianne.

“Smore, soy feliz mientras te tenga a ti, no hay nada que no pueda superar. Vuelvo a tener confianza».

De repente, Mark empujó la puerta y entró en la habitación.

“¿Tuviste una gran pelea con tu madre? Han secuestrado a Aery, así que debe de estar muy preocupada. No le hagas caso».

Arianne se mordió los labios.

“Ella me culpa por ignorar a Aery. ¿Tengo que asumir la culpa? ¿Por qué debería preocuparme por ella? No es una niña de tres años».

Mark dio un paso adelante y le acarició la cabeza.

“Está bien, no es culpa tuya».

Sus acciones eran exactamente como las de Aristóteles. O más bien, las acciones de Aristóteles reflejaban las suyas. Las habilidades de imitación de Aristóteles eran la perfección misma. Arianne débilmente le dirigió una mirada.

“Deja de tocarme la cabeza delante del niño. Te imita. Deberías tener más cuidado, o cogerá malos hábitos… sinceramente… yo también me he sentido desgraciada. Cuando recibí la llamada de Aery antes de que la secuestraran, podría haberla instalado en otro lugar, aunque no quisiera dejar que se quedara en la Mansión Tremont. Podría haber hecho que alguien la vigilara y esperara a que Helen la recogiera. De esa manera, esto no habría sucedido. No pensé bien las cosas. Tampoco sé en qué estaba pensando en aquel momento… ahora que hemos llegado a esto, no sé qué hacer…».

Mark se acercó al lado de la cama y se sentó. Extendió la mano y la atrajo hacia sí.

“No tienes que sentirte tan mal por ello. Yo en tu lugar también la habría ignorado. Al fin y al cabo, es adulta. Seaton es el principal culpable. No es culpa tuya. Te sientes culpable porque tu madre podría pensar que no lo manejaste lo suficientemente bien. Tú valoras su opinión, lo sé. En este punto, parece que Aery está a salvo por ahora. Mantén tu teléfono encendido, por si Seaton intenta contactar contigo de nuevo y la línea se entrecorta».

A Aristóteles no le gustaba que lo descuidaran. Puso todo su empeño en trepar por la pierna de Mark.

“¡Papá, cawgame!»

Mark levantó a Aristóteles y lo sostuvo con un brazo mientras rodeaba la cintura de Arianne con el otro.

“¿Ya estás contento?»

Este momento de paz permitió un alivio momentáneo de la tensión a la que se enfrentaban, pero no fue suficiente para que se sintieran completamente tranquilos.

…

En una pequeña casa de una zona apartada de las afueras, Seaton estaba sentado en una mesa vieja y arañada, comiendo comida rápida. A su lado había una lata de cerveza a medio terminar.

Había un olor almizclado y mohoso en el aire y bichos de varios tamaños daban vueltas alrededor de la bombilla que tenía sobre la cabeza. El aire caliente y húmedo apenas se mantenía a raya gracias a un pequeño ventilador que se movía lentamente. El efecto era apenas perceptible.

Aery estaba sentada en un rincón, con las manos y los pies aún atados. Seguía con la cinta adhesiva en la boca. Se había asustado mucho durante los primeros momentos de su secuestro. Había pasado un día y una noche, pero Seaton no le había hecho nada, así que su miedo fue disminuyendo poco a poco. Llevaba un buen rato rugiéndole el estómago después de sufrir en esas circunstancias durante tanto tiempo. El olor a comida rápida la hacía babear sin control.

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