La pequeña novia del Señor Mu -
Capítulo 1397
Capítulo 1397:
De repente, un trueno retumbó en el cielo. Arianne se tapó los oídos, dolorosamente. Odiaba la lluvia. El sonido del trueno la asustaba…
Mary corrió rápidamente a cerrar todas las puertas y ventanales de la Mansión Tremont para bloquear el sonido de la tormenta.
“Ari, el ruido se ha ido. Vete a la cama. Deja de atormentarte. La Mansión Tremont te necesita…”.
Arianne bajó de mala gana la camisa de Mark.
“Mary, trata de limpiar todo lo que hay ahí. Está bien si no puedes lavar las manchas, pero guárdamelas. No tires nada”.
No podía quitarse la sensación de que Mark iba a volver. Sin embargo, habían pasado muchos meses y todos la instaban a enfrentarse a la realidad.
Desanimada, subió las escaleras y fue a la guardería a ver a Aristóteles. Tiffany dormía en la habitación con los dos bebés, uno a su izquierda y otro a su derecha, abrazados. Aristóteles dormía profundamente, así que no pudo soportar molestarle. Se escabulló en silencio.
Tiffany llevaba mucho tiempo ayudándola a cuidar de Aristóteles. Jackson no había podido quedarse a dormir todas las noches, pues tenía trabajo. Arianne se sentía culpable por separar a marido y mujer. Sin embargo, a Aristóteles ya lo estaba abandonando. Sería cruel por su parte rechazar la oferta de Tiffany de cuidar de él.
A la mañana siguiente, durante el desayuno, hizo una sugerencia.
“Tiffie, dile a Jackson que se mude aquí. No es buena idea que esten separados tanto tiempo».
Tiffany negó con la cabeza.
“Aw… está bien. Eres lo bastante valiente como para enfrentarte a tus problemas. ¿Qué tiene de malo vivir separados durante un tiempo? Viene a cenar después del trabajo, ¿No? No es como si no nos viéramos. No pasa nada. No creerás que el se%o es lo único que tenemos en mente, ¿Verdad? No somos así. Estaremos bien cuando tu situación mejore».
Arianne sonrió.
“No me refiero a eso. Jackson tiene que venir todas las noches y luego irse a casa. ¿Qué sentido tiene eso? Te vas a quedar aquí de todos modos, así que dile que se mude y se quede contigo. No quiero que mi situación afecte a sus vidas normales. Así él también se ahorrará tener que andar de un lado para otro todo el tiempo».
Tiffany estaba ligeramente convencida.
“En realidad… le preocupaba que te incomodara que estuviéramos todo el tiempo enamorados. ¿Cómo íbamos a hacerlo delante de ti, en un momento así? Eso es echar sal en la herida. Definitivamente te acordarás de Mark cuando nos veas a Jackson y a mí juntos».
Arianne tomó aire.
“De acuerdo. No tienes que tener en cuenta mis sentimientos. Dile que se mude. De todas formas, sólo vengo a casa por la noche, así que no veré su amor conyugal. Una cosa más, Seaton está usando sus acciones para amenazarme para que venda Tremont Enterprises. Quiero luchar contra él. Por favor, discute con Jackson y decidan si pueden prestarme algo de dinero. Mi única condición es que no te afecte».
«Sí, lo he oído», respondió Tiffany apretando los dientes.
“Melanie lo mencionó. No te preocupes, llamaré a Jackson más tarde y le diré que retire todo el dinero que pueda y te lo preste. No creo que la empresa se vea arrastrada a la tumba por las minúsculas acciones de Seaton. Pídele también algo de dinero a Alejandro. Ya estaría muerto si no fuera por Mark. ¡Está obligado a ayudar! ¡Su conciencia no le dejaría vivir si Tremont Enterprises se desmorona!»
«No te apresures a juzgarlo, Tiffie», dijo Arianne, sonriendo amargamente.
“Salvarlo fue decisión de Mark. No tiene nada que ver con él. Su postura y la de Melanie en este asunto están claras. Sin duda me ayudarán. Le pediré que venga más tarde a la oficina para hablar de un préstamo. Debería salir bien, con toda su ayuda».
Aristóteles jugó con el bebé Platón cuando Arianne se fue y no se despidió de ella. A Arianne le dolía el corazón. Aristóteles había perdido todo su apego hacia ella en los últimos meses. Eran buenas noticias para su sustento, pero malas para su vínculo familiar. Aristóteles no le importaba en absoluto.
Llamó a Alejandro de camino a la oficina y quedaron en verse en su despacho.
Alejandro ya la estaba esperando cuando llegó a su despacho.
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