La pequeña novia del Señor Mu -
Capítulo 1269
Capítulo 1269:
Cuando Melanie terminó de comer, Alejandro salió de su casa y suspiró aliviado en cuanto subió al coche.
Melanie se dio cuenta y le preguntó: «¿Te sientes aliviado ahora? Te pedí que no vinieras y aun así decidiste ignorarme. A mí también me disgusta tratar con mis padres».
Alejandro permaneció en silencio. Se había despertado demasiado temprano y aún tenía sueño, así que cerró los ojos y descansó.
Melanie se sentía insegura de sí misma. ¿Se había enterado Alejandro de que hablaba en secreto con Tiffany? Probablemente… no lo sabía, ¿Verdad? Si no, estaría estallando en cólera en vez de estar tan tranquilo. Pensó que sería mejor confesar antes de que él mismo lo descubriera.
Tras manotear un momento, dijo: «He estado contactando con Tiffany».
El cuerpo de Alejandro se congeló inconscientemente.
“¿Y?»
Así que ella tenía razón, Alejandro sólo reaccionaría cuando estuviera relacionado con Tiffany, ignoraría todo lo demás que ella dijera. Melanie se sintió ligeramente decepcionada, pero se lo ocultó.
“¿No estás enfadado?»
Alejandro abrió los ojos y la miró.
“¿Por qué ibas a enfadarte? No le harías nada».
Melanie se quedó sin palabras. ¿Tan seguro estaba él de que ella no le haría ningún daño a Tiffany? Siempre había pensado que no conocía el carácter de Alejandro, pero él, en cambio, podía ver a través de ella con tanta seguridad…
Sin embargo, tenía razón. No le haría nada a Tiffany… a pesar de lo mimada y dominante que era de niña, podía distinguir claramente entre el bien y el mal.
En la Mansión Tremont.
Arianne llevó a Smore a jugar a los jardines después de comer. Tiffany había dicho que quería ir, pero aún no había llegado.
Arianne era muy consciente del comportamiento agresivo de su hijo y le advirtió de antemano: «Platón aún es muy joven y no sabe nada, igual que tú cuando tenías su edad. No quiero que le levantes la mano cuando venga a jugar más tarde, ¿Entendido?”
Smore no pareció prestar atención a lo que acababa de decir, sino que siguió jugando solo. Arianne supuso que la había entendido.
Al cabo de un momento, el coche de Tiffany llegó por fin a la entrada. Había llegado sólo con su hijo, que estaba sentado en el asiento de atrás en su sillita infantil.
Arianne corrió hacia ellos y cogió a Platón en brazos.
“¿No estaba Jackson despotricando de tus habilidades al volante? ¿Por qué te permitió traer a Platón sola?”
Tiffany sonrió.
“Sólo está siendo molesto; soy una conductora muy experimentada. Ahora que por fin puedo cuidar de mi propio hijo los fines de semana, ¿Cómo iba a dejar que me regañara sin cesar? La verdad es que es agotador cuidar de un niño. He pensado que debería dejar descansar a Summer y dejar que yo me ocupe de Platón estos dos días».
Arianne bajó la cabeza y jugueteó con Platón mientras se dirigía hacia el tobogán.
Cuando Smore vio que su madre llevaba a otro niño en brazos, se le cayó la cara de vergüenza y dejó de jugar en el tobogán. Smore se acercó corriendo a Arianne y le dio una palmada en el muslo, que era lo más alto que podía alcanzar en ese momento con su estatura.
Tiffany lo vio y se puso en cuclillas delante de Smore.
“¿Está enfadado Smore? ¿Hay algo malo en que tu madre lleve a mi hijo en vez de a ti? Veo que eres un chico de mal genio. Los dos tienen que ser buenos amigos, así que no hay necesidad de tener envidia el uno del otro, ¿Entendido? Ya que tu madre lleva a mi hijo, yo te llevaré a ti. ¿Te parece bien?»
Smore giró la cabeza e ignoró a Tiffany, su pequeña boca hizo un puchero de enfado, lo que hizo que Arianne y Tiffany se rieran de él sin poder evitarlo.
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