La novia vendida al magnate -
Capítulo 55
Capítulo 55:
POV Sofía.
Mis labios se golpearon duramente negando. Esto tenía que ser un chiste, y por más que buscaba su mirada, él… solo fruncía su ceño, como un completo desconocido.
“Felicidades”, extendió la mano a Diego y la apretó, y luego hizo una venía para mí.
No podía controlarme, me faltaba el aire.
“Es una locura”, Diego exclamó y lo miré con fuerza.
“Pero gracias”.
“Así es”, Rafael intervino de nuevo.
Todas esas noticias falsas de que estuve involucrado en la muerte de mi propio hijo, caerán.
Mis pasos se fueron hacia atrás, Diego me tomó por la espalda, y luego negué.
“Necesito salir… salir de aquí”.
“Quizás debamos llamar a un médico”, Gael dijo con voz profunda, yo quería morir y gritar a la vez.
Si no fuera porque estaba en medio de un plan de Cristian, hubiese abofeteado su cara, sin importarme nada.
Lo miré esta vez como si le transmitiera mi inconformidad y luego giré hacia Diego.
“Iré al salón de espera”.
“Te acompaño”.
Asentí y me retiré con él del salón, pero antes de irme, miré a Rafael con ira, y luego a Gael.
“Disfruten la fiesta”.
La mandíbula de Gael se apretó, y luego vi cómo ese viejo comenzó a hablarle enseguida.
Mis pasos eran apresurados, y cuando entré al salón, apreté mi boca sabiendo que Diego me observaba.
“No sabía nada… es… es una locura”, el trató de decir, y parecía real.
“Déjame sola, por favor… necesito… lo necesito”.
“Sofí… ya estamos casados, no hay nada para hacer, y lo ves… él… ni siquiera te recuerda”.
“Déjame… estaré bien en un momento”.
Él asintió agitado y luego cerró la puerta como si no le hubiese gustado mi actitud. Pero ¿Qué esperaba?
Sollocé con fuerza, y sostuvo mi barriga cuando sentí una presión.
Esto es una maldita broma o es esa pesadilla.
“Sofí”, alcé mi rostro bañado en lágrimas, y luego vi a Cristian.
“¿Lo sabías?”.
Él negó.
“Acabo de verlo… yo… no entiendo, ¿Cómo?”, mis labios estaban temblando mucho.
“Él… supuestamente no recuerda nada… ¡Esto es una maldita broma! Sácame de aquí, no puedo seguir, renuncio, ¡renuncio! No me importa nada, no me importa”.
Casi me tiré al suelo, y Cristian estaba por venir a mí, cuando las puertas se abrieron de forma silente, luego Gael entró, y cerró mirándonos a ambos con una calma aparente
Mis lágrimas se paralizaron y Cristian palideció.
“Gael”, la voz de su hermano fue un susurro que me comprobó que estaba tan atónito como yo, sin embargo, todo fue un caos después de esto.
Gael parecía un demonio esta vez, se lanzó sobre su propio hermano y lo golpeó en la cara en varios puños, incluso ambos se dieron de botes, mientras intentaba procesar todo este desorden.
“Paren”.
“Hermano”, Cristian se lo quitó de encima y corrí a ponerme en medio.
“¡Basta!”, literalmente lo empuje.
Tenía mucha rabia, demasiada para soportarlo.
“¡Metiste a Sofía en esta m%erda, nunca te lo perdonaré “.
“¿Qué? ¿Entonces si me recuerdas?”, el aliento me quemaba.
“¿Y, aun así, dejaste que me casara? ¡¿Quién eres?!”, grité sin importarme nada.
Gael vino a taparme la boca, me recostó en la pared, y me miró duramente.
“Ni siquiera te casaste de verdad con ese maldito, Sofía, esa m%erda no vale, esta boda es falsa… así que tú sigues siendo mía”.
Mis emociones eran un torbellino de confusión y desesperación. No podía procesar la avalancha de sentimientos que me invadían en ese momento.
La presencia de Gael, a quien había dado por muerto, me había dejado petrificada.
Y sentía un remolino de todo. Ira, descontrol total, todo me estaba colapsando.
“¿Cómo? ¿Dónde estabas?”.
Sus manos me soltaron poco a poco y no dejaba de mirar mi boca.
“Solo hace tres días desperté”.
“¿Qué?”.
Gael parecía igualmente afectado por la situación, pero sus ojos, profundos y oscuros, nunca dejaron de explorar mi rostro.
Finalmente, apartó la mirada y suspiró profundamente.
“No tengo todas las respuestas todavía, pero déjame explicarte lo que sé hasta ahora. Solo recuerdo que estuve muy grave, uno de mis hombres logró rescatarme de allí, agonicé como por una semana, luchando por vivir, pero mi padre me encontró”.
“Nunca pude dar contigo”, Cristian intervino, pero yo temblaba de demasiado.
“No entiendo cómo pudiste sobrevivir a eso… yo vi cuando te dispararon… te dimos por muerto, Gael”.
Mi voz tembló mientras hablaba.
“Recibí seis disparos Sofí… y te lo voy a resumir, porque ahora no hay tiempo”.
“¿Por qué hiciste como si no recordaras? Lo hiciste hace unos minutos allá afuera… yo… quería abofetearte … estaba enojada contigo… ¡Aún estoy enojada contigo!”.
Gael volvió la mirada a mí y tembló con sus manos en mi cara.
“Entiendo por qué pensaste eso, y no puedo culparte. Fue un infierno para ti, debo pensarlo, pero no sabes cómo luché para levantarme… cuando al menos abría los ojos, de nuevo era controlado por los médicos que me cuidaban… debes escucharme rápido, porque no hay mucho tiempo”.
Estaba al borde del colapso.
“Rafael esperó a que despertara del todo para comprobar… me despertaron muchas veces antes… solo recuerdo cosas de esa sedación… hasta hace tres días… sabía que no podía desaprovechar la oportunidad esta vez… y si no lo hacía, no podía llegar a ti de todos modos… necesitaba decirle que no sabía quién era”.
“¿Dónde te tenían todo este tiempo?”, Cristian interrumpió.
“En su casa”, respondió Gael a su hermano.
“¿Y tú cómo c#ños sometiste a Sofía para esto…?”.
Iba irse de nuevo hacia él, pero lo retuve.
“Pensamos que estabas muerto, queríamos vengarte”, Cristian respondió un poco agitado.
“No a costa de Sofía, ni mi hijo… ¡¿Estás loco?! ¡Solo me enteré ayer de esta maldita boda!”, la voz de Gael casi salía rota.
“¿Cómo sabías de Cristian?”, Gael se giró hacia mí.
“Hasta ayer pude contactar a unos de mis hombres, me informó de Cristian, de ti… del maldito de Slim…, porque dos días antes Rafael estuvo monitoreando todos mis pasos y no pude hacer nada más que hacerme el idiota… tuve que actuar muy rápido con el juez, para tener chance de llegar aquí… pero no pasará de hoy esta m%erda ¿Qué creían que hacían?
“Hermano, cálmate”, Cristian vino, pero Gael lo empujó.
“Me importa un carajo que el maldito venga ahora… ¡Ella es mi mujer, mi hijo! ¿Cómo los pusiste en peligro?”.
“¡Sofía no quería irse a E$tados Unidos conmigo y la abuela!”, Cristian gritó desesperado y la mirada de Gael se situó en mí.
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