La novia más afortunada
Capítulo 978

Capítulo 978:

Frank tomó las lilas que Elizabeth había dejado en el sofá, con la intención de perseguirla.

Pero antes de irse, le dijo a Salomé.

“¡Mamá dijo que aprendió algunas recetas nuevas que quería que probáramos!”

“Ugh, no quiero probar sus nuevas recetas. Todo es culpa tuya y de papá. Siempre la están elogiando por su cocina”. Salomé se quejó, parecía realmente deprimida por probar la cocina de su madre.

Con curiosidad una enfermera se acercó.

“Un momento, ¿Papá y mamá?, Doctora Wilson, ¿No es el Doctor Watson su novio? ¿Ya se casaron?”

Salomé se rió y negó con la cabeza.

“Nunca me casaría con un hombre poco romántico como Frank. Me ha estado molestando desde que éramos niños, ¡Si me caso con él, terminaremos peleando día tras día”

Entonces continuó: “Mi madre se casó con su padre. Así es como terminamos siendo hermanastros. Aunque Frank siempre me esta molestando, no es una mala persona, sabe cuidar bien de mí”.

Antes, cuando Salomé era aún estudiante, sus compañeros de clase siempre la dejaban de lado e incluso la intimidaban porque era una estudiante nueva.

En ese entonces Frank simplemente fue a su clase y lucho contra sus compañeros de clase masculinos que la habían intimidado.

Todos estos años, ella lo había tratado como un verdadero hermano y esperaba que sea feliz.

Frank salió corriendo de la clínica a máxima velocidad. Los pétalos del ramo se caían por el camino.

Pronto, alcanzó sin casi aliento a Elizabeth y estaba detrás de ella.

Entonces Elizabeth escuchó que alguien jadeaba sin aliento detrás de ella.

Ella miró a Frank y preguntó: “¿Qué haces aquí?”

El sudor corría por el rostro de Frank. Elizabeth saco un pañuelo de su bolso y se lo entregó. Estaba a punto de tomar un taxi y volver a casa.

Frank acepto el pañuelo, pero no se molestó en secarse el sudor y se concentró en hablar.

“Por favor, déjame explicarte, Salomé es mi hermana. ¡No tenemos una relación!”

Elizabeth se avergonzó inmediatamente. La razón por la que se fue antes fue porque pensó que eran novios. Cuando se recompuso, descubrió que se enteró muy tarde.

Estaba demasiado avergonzada como para darse la vuelta, así que se quedo parada, con la esperanza de que un taxi se acercará.

“Ya veo”, dijo Elizabeth sin girar.

Frank se puso aún más ansioso. No podía entender lo que ella sentía por él.

¿Le odiaba o le gustaba? ¿Simplemente pensaba en él como un amigo?

Como no quería seguir adivinando, Frank se armó de valor.

“No quiero perderte solo por un pequeño malentendido, Elizabeth.

Eras mi paciente y no quería alejarte, pero lo diré ahora, todo este tiempo he estado reprimiendo mis sentimientos por ti, ahora que te estas recuperando quiero decirte que me gustas, Elizabeth.

Se mi novia…”.

Luego le entregó las flores, las cuales estaban casi sin pétalos debido a toda su travesía al alcanzarla.

Frank retiró las flores en un silenció incómodo.

Luego de esperar unos momentos, no hubo respuesta de Elizabeth.

Las esperanzas de Frank se fueron esfumando lentamente. Esta era la primera vez que se confesaba y no esperaba una reacción así.

Rio amargamente ante el silencio.

“Perdón si es demasiado repentino, entiendo que no puedas darme una respuesta ahora, te daré tiempo para pensarlo”.

Cuando estaba a punto de irse, Elizabeth le tomo la mano. Su corazón iba a 1000 por hora.

“Salomé dijo que estoy muy bien. Ya no soy una paciente y voy a dejar todos los malos recuerdos de George. Entonces…”

Frank la miro atentamente. Antes de que pudiera verla completamente, Elizabeth se puso de puntillas y se inclino hacia él.

Pronto, sus labios se posaron con delicadeza sobre los labios de Frank.

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