La novia más afortunada
Capítulo 974

Capítulo 974:

La decepción inundó a Derek.

Su sonrisa se desvaneció mientras suspiraba y decía con impotencia: «Entonces enséñame las fotos, ¿Dónde están?».

Elizabeth lo llevó a su escritorio y repasó sus bocetos. Luego los empujó hacia los brazos de Derek y dijo: «Aquí tienes. Esas son todas. Lo siento, Señor Ramsey, pero hoy tenemos muchos clientes aquí, así que no tenemos tiempo para una reunión completa. Por favor, llévese estos borradores y revíselos cuando quiera».

Elizabeth animó a Derek hacia la puerta y le hizo un gesto con la mano, esperando que se marchara.

Derek resopló.

«¿Hay algo con lo que no estés satisfecho?». Elizabeth lo miró fríamente.

«Sólo porque llevas mucho tiempo soltera, nos interrumpes deliberadamente, intentando separarnos ya que no quieres que lo pasemos bien. ¿Estoy en lo cierto?» De alguna manera, la cara de Derek no reflejaba la pulcritud de sus palabras.

“Janet está felizmente casada. Espero que siempre se acuerde de su situación, Señor Ramsey». Elizabeth contuvo los nervios, manteniendo la calma.

Derek dio dos pasos hacia delante, la miró fijamente a los ojos y le dijo: «¿Estás buscando novio? Deberías habérmelo dicho antes».

Miró su cuerpo con sus ojos, sus ojos vagaron arriba y abajo, y dijo: «Eres bastante hermosa. Conozco a algunos jóvenes guapos y ricos que podría presentarte».

Elizabeth le miró fijamente a los ojos y dijo, tras pensárselo detenidamente: “De ninguna manera, los pájaros del mismo plumaje vuelan juntos . No me gustan los vividores como tú. No digo que seas mala persona, sólo que te crees demasiado y eres un maleducado. Cualquier chica que quiera estar con alguien como tu solo lo hace por tu apariencia, o tal vez por tu fama y riqueza. Cualquiera que busque una relación seria se alejará de ti. Tienes que calmarte. Sé serio. No a todas las mujeres les va a gustar».

«¡Tú!» Derek apretó los dientes y su cara se puso roja.

Las palabras de Elizabeth le habían enfurecido. Mirando las flores que sostenía, le agarró la mano de repente.

«A decir verdad, Elizabeth. No te considero una amiga ni sólo mi diseñadora. La razón por la que no he venido últimamente es que temía suspirar por ti si te veía. Pero me encanta tu dedicación. ¿Quieres ser mi novia?». Derek le lanzó una mirada fulminante y le tendió las flores.

En la puerta empezaba a formarse una multitud. Mucha gente había oído la confesión de  amor de Derek y todos habían venido a ver la diversión.

Después de lo que dijo Derek, Elizabeth se quedó helada, pero enseguida recobró el sentido y replicó: «No, Derek, para».

Era evidente que el tonto inmaduro intentaba avergonzarla diciéndole eso delante de todos.

Cuando se dio la vuelta para marcharse, Derek la agarró de la muñeca y le dijo: «No, no puedes irte así como así después de que te haya confesado mi amor tan sinceramente. Al menos tienes que aceptar mis flores».

«Cógelas. Es un joven muy guapo». La multitud empezó a silbar.

«Creo que lo dice en serio, y es muy guapo. Vamos, ¡Sé su novia!» Algunos de los curiosos se animaron.

Elizabeth no quería causar problemas. Desde luego, no quería empezar ningún cotilleo terrible sobre el estudio W Harks, no sólo fuera de sus puertas.

Suspiró, dándose cuenta de que tendría que aceptar las flores o él no se iría nunca.

Ella dio a Derek una mirada que podría quitar la pintura de una pared.

«¿Estás contento ahora? ¿Puedes irte?»

Derek rió entre dientes, susurrándole al oído: «No tienes ni un hueso romántico en el cuerpo. Eres frígida y sin sentimientos. Ningún hombre querría estar contigo».

Después de decir eso, le sopló un beso y le dijo: «¡Nos vemos mañana, cariño! Adiós».

Para los espectadores, parecían una joven pareja normal y coqueta.

En ese momento, Frank apareció entre la multitud. Los empujó hacia Elizabeth y miró a Derek con una mirada gélida.

«¿Qué está pasando? No te habrás vuelto a meter en problemas, ¿Verdad?».

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