La novia más afortunada
Capítulo 557

Capítulo 557: 

Laney se quedaba en casa de Garrett desde hacía una semana.

Cuando no tenía nada más que hacer, hacía ejercicio, tareas o se ocupaba del jardín. El resto del tiempo lo pasaba observando a los hombres que acechaban fuera.

De pie frente a la ventana del estudio y mirando hacia afuera, Garrett vio por casualidad a Laney escondida detrás de un árbol en el jardín con una daga en la mano, pareciendo extra vigilante.

Al ver esto, quedó en trance por un momento y una leve sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios.

«Señor Harding, ¿Puede oírme?» La persona al teléfono llamó su nombre dos veces antes de que Garrett se centrara por fin.

«Ejem, lo siento. ¿Podrías repetirlo, por favor? La señal aquí es irregular». Mientras hablaba, Garrett volvió a su asiento y se puso las gafas. «Vamos a poner todo lo que respecta a Laney en paz ahora. No sabíamos que era su novia. Pero Señor Harding, ¿Sería demasiado pedirle más acciones de cooperación, si es que las hay?»

El hombre al otro lado de la línea era el jefe de la Familia Burke. Nunca fue realmente tan importante para la Familia Burke vengarse de Laney de todos modos, especialmente cuando alguien como Garrett Harding estaba tratando de intervenir.

«Por supuesto. Gracias por hacer esto por mí, Señor Burke» Garrett sonrió. Una peligrosa luz fría brilló en sus ojos mientras añadía: «Pero si te atreves a herir a Laney de nuevo, no te dejaré ir, lo prometo».

«Señor Harding, no haremos nada que la lastime. Tú puedes estar tranquilo». El jefe de la Familia Burke se rió torpemente. Después de colgar el teléfono con la Familia Burke, Garrett recibió otra llamada de su familia.

He oído que tu novia ha ofendido a la Familia Burke… es más, he oído que esa llamada novia tuya es una asesina a sueldo. ¿Es eso cierto?» Aunque estaban planteadas como preguntas, la mujer al otro lado de la línea sonaba resignada.

«Yo me encargo. No te preocupes por mí, mamá», dijo Garrett con desparpajo.

«¿Cómo no voy a preocuparme por ti? Tú eres mi hijo».

«Te prometo que me encargaré, mamá. Puedo cuidar de mí mismo. De todos modos, tengo que volver al trabajo. La mujer suspiró de nuevo.

En ese momento, la puerta del estudio se abrió de un empujón y Laney entró. «Señor Harding, ¿Ya sabe algo de los Burke?» Laney asomó la cabeza y preguntó a través de la rendija de la puerta.

Con un rostro angustiado, Garrett buscó a tientas una excusa: «Todavía estamos, eh, negociando. La Familia Burke aún no ha respondido. Quédate aquí unos días más, ¿vale?».

«De acuerdo. Por favor, infórmeme cuando tenga noticias de ellos, Señor Harding» Laney asintió, cerró la puerta y se fue.

Garrett había estado pasando un buen rato con Laney estos días y no quería que se fuera todavía, así que le ocultó la verdad mientras tanto.

Pasó otra semana. Laney había empezado a utilizar el árbol del jardín como un maniquí improvisado para practicar la lucha. Cada día, había un nuevo lote de hojas caídas junto a la base del árbol.

«Le pedí a mi ayudante te consiga un nuevo saco de arena. El pobre árbol nunca te hizo nada malo». Al dar un vistazo al árbol calvo, Garrett suspiró. Hoy, Laney estaba de mal humor, así que no dijo nada y se limitó a asentir sombríamente. Se estaba aburriendo e inquietando. No estaba acostumbrada a vivir una vida tan aburrida.

«Creo que esos matones se han ido. Pienso irme mañana».

«Pero están al acecho por toda la ciudad. No es seguro ahí fuera, Laney, sólo quédate conmigo», se apresuró a decir Garrett.

Laney se estaba aburriendo mucho aquí, no había peleado con nadie en mucho tiempo y sentía que se estaba oxidando en eso.

Golpeó el árbol con su puño y murmuró: «Bien. Dos días más».

Efectivamente, dos días más tarde, Laney no pudo aguantar más. Recogió sus cosas y estaba a punto de irse.

«Voy a perder la cabeza si sigo quedándome aquí, nunca me he aburrido tanto en mi vida. ¡Voy a luchar contra esos tipos! Al menos es más emocionante que estar encerrada aquí»

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