La novia más afortunada
Capítulo 480

Capítulo 480: Un gran problema

Era el amanecer de la mañana siguiente cuando Patrick volvió a casa. Su rostro estaba espantosamente pálido, como si hubiera envejecido diez años en el transcurso de una noche.

Su camisa también estaba arrugada por todas partes. Arrastró su cuerpo cansado hasta el salón y se hundió en el sofá.

Elissa y Ritchie habían estado esperando a que llegara a casa. Intercambiaron miradas. Ritchie fue a la cocina a buscar un vaso de agua para su padre.

«¿Cómo te ha ido, papá?», preguntó ansioso.

Patrick ignoró el agua. Se frotó las sienes y suspiró con fuerza.

«Ethan ha descubierto nuestra fuerza secreta. Tendremos que sacrificarlo por el bien del panorama general».

Al oír esto, Ritchie y Elissa se miraron y todo el color se les fue de los rostros. La ‘fuerza secreta’ de la Familia Lester fue cultivada por Patrick cuando llegaron a Seacisco. Se encargaba de los tratos desagradables, por debajo de la mesa, en la oscuridad. Llevaba al menos dos décadas al servicio de la Familia Lester.

Con una expresión fría y pétrea, Patrick se levantó y declaró: «A partir de ahora, ustedes dos tienen poco o ningún poder en la Familia Lester. Será mejor que se comporten a partir de ahora». Después de decir eso, Patrick salió furioso de la habitación y dio un portazo.

Elissa y Ritchie se quedaron sin palabras. Elissa se sentó en el sofá sin decir nada, dando un aspecto desanimado. Esta vez estaba metida en un buen lío.

En el hospital de Barnes, Ethan acababa de colgar el teléfono. Sus ojos se posaron en el televisor, que emitía noticias sobre una banda asediada por la policía.

«Últimamente es muy peligroso. Este tipo de cosas han estado sucediendo todos los días. He oído que el cine se ha derrumbado porque también lo han volado unos mafiosos».

Con una palangana de agua caliente en la mano, Janet entró y fijó los ojos en el televisor.

Ethan apuntó el mando a distancia al televisor y lo apagó. «Siempre habrá tipos malos», dijo con pereza.

Lo que no le dijo a Janet fue que él era quien estaba detrás de la destrucción de la fuerza secreta de la Familia Lester, lo que supuso un duro golpe para Patrick.

El patriarca de la Familia Lester no había conseguido salvar lo que había construido durante las dos últimas décadas. Ahora era débil. Un rastro de imperceptible desprecio brilló en los ojos de Ethan. Pero era una pena que estuviera encerrado en el hospital y no pudiera ocuparse él mismo de la Familia Lester. Sus subordinados hacían la mayor parte del trabajo. Si por él fuera, le habría gustado ver el rostro desesperado de Patrick.

Janet se encogió de hombros y procedió a poner la palangana en la mesilla de noche. Sumergió una toalla en ella, escurrió el exceso de agua y se acercó a Ethan para limpiarle los brazos.

«El médico ha dicho que puedes dejar el hospital en unos dos o tres días».

Cuando Ethan se giró para mirar a Janet frente a él, la melancolía de sus ojos desapareció al instante. Preguntó con cariño: «¿Qué más ha dicho el médico?».

Antes de que Janet pudiera responder, se escuchó una voz desde la puerta. «Ha dicho que deberías hacer más ejercicio en lugar de estar todo el día en la cama».

Con una gran sonrisa en el rostro, Garrett entró. «Janet, tiene suerte de tenerte aquí cuidando de él». Puso las bolsas de tónicos sobre la mesa y miró a Ethan de arriba abajo inquisitivamente. «Señor Larson, sólo han pasado unos días, pero parece que ha ganado peso».

Ethan lo miró con fiereza. Cuando estaba en Seacisco, había echado de menos a Janet como un loco y había perdido mucho peso.

Garrett se rió y sacudió la cabeza. De repente, miró hacia la puerta y gritó: «¿Piensas quedarte ahí todo el día, Laney?».

Al oír esto, Laney entró y le dirigió una mirada asesina. Luego sonrió y le entregó una cesta de regalo a Janet.

«He traído algunos tónicos para ti. Son buenos para tu salud».

De repente, Janet se sintió como si hubiera vuelto a Seacisco, con todos sus queridos amigos a su alrededor.

Aceptó el regalo amablemente. Ethan y Garrett procedieron a hablar del trabajo en la sala, mientras que Janet y Laney se dirigieron a comprar algo de comida para el almuerzo.

«¿Y qué haces ahora?» Janet dio un vistazo a Laney cuidadosamente. Descubrió que su antigua guardaespaldas llevaba un ligero maquillaje y lápiz de labios. Laney se veía encantadora.

«Después de que todos descubrieran la verdadera identidad de Ethan, ya no tuve que ser tu guardaespaldas. Desde que te mudaste a Barnes, no había razón para que me quedara con el Grupo Larson. Garrett bromeó que, si me quedaba sin trabajo, ningún hombre querría salir conmigo. Así que me recomendó un trabajo como entrenadora», explicó Laney.

La verdad era que Garrett le había pedido específicamente que se convirtiera en la entrenadora jefe de Pole Shadow, una fuerza secreta cultivada por el propio Ethan. Al menos era más seguro que ser guardaespaldas.

Janet sonrió y dijo con sinceridad: «Qué bien».

Las dos se quedaron en silencio durante un rato. De repente, Janet pinchó el brazo de Laney y se burló: «Parece que Garrett se preocupa mucho por ti. He oído que lleva un tiempo soltero. Eso no es propio de él».

«¿Soltero? Lo dudo. Probablemente sólo se ha vuelto bueno en ocultarlo». Laney se encogió de hombros con indiferencia. Parecía que Laney no sentía nada especial por Garrett. Janet decidió entonces no decir nada más.

Antes de que Ethan recibiera el alta del hospital, Beal y Johanna fueron a visitarlo varias veces. Su actitud hacia él había cambiado mucho. Cada vez que venían, parecían realmente preocupados por él.

Al salir del hospital, Ethan volvió directamente a Seacisco. Llevaba demasiado tiempo en Barnes y el trabajo se había acumulado en el Grupo Larson.

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Nota de Tac-K: Ánimos en sus actividades, falta poco para el fin de semana, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (ɔO‿=)ɔ ♥

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