La novia más afortunada
Capítulo 48

Capítulo 48: 

Janet dejó el cuchillo y el tenedor sin prisas, entonces miró con calma a la mujer maquillada. Sabía que Jocelyn sólo quería manchar su nombre delante de toda esa gente.

Llevaba un vestido de Chanel, un bolso de Hermes y un collar de Dior.

¿Cómo se atrevía a hablar de ser frugal vestida así?

«Te pedí dinero porque me debes dinero. ¿No es natural que la gente pague sus deudas?»

La voz de Janet era clara pero tranquila.

Las lágrimas rodaron por las mejillas de Jocelyn sin control.

Sollozaba: «¡Mamá y papá te cuidaron mucho, y así es como les pagas! Realmente no pueden permitirse el lujo de darte dinero ahora. Somos familia. ¿Cómo puedes soportar tratarlos así?»

Entonces, de repente se quitó el collar y se lo lanzó a Janet, llorando aún más fuerte.

«¡Realmente no tenemos el dinero! Este collar debe valer algo. ¡Tómalo como pago de nuestra deuda! Por favor, no amenaces más a mamá y papá».

Jocelyn se pintó cuidadosamente como la pobre hija que se había visto obligada a vender sus propias cosas por el bien de sus padres.

Janet, en cambio, se hizo pasar por la acreedora de sangre fría que era desagradecida con sus padres y que sólo buscaba su dinero.

Entornando ligeramente los ojos, Janet cogió el collar sin dudarlo.

Mirando el bolso de Hermes de Jocelyn, dijo con calma: «Creo que ese vestido de Chanel podría valer algo… y ese bolso de Hermes también… En realidad, ¿no es una pieza de edición limitada? En ese caso, no te pondré las cosas difíciles. No tienes que despojarte de tu ropa. Sólo dame el bolso como compensación parcial por tus deudas.» La expresión de lástima y dolor de Jocelyn se puso inmediatamente rígida.

Este era su único Hermes Birkin. Había estado esperando para conseguir uno desde siempre.

Hacía sólo unos días que lo había conseguido.

Aunque fuera de segunda mano, le había costado una fortuna.

¿Cómo podía dárselo a Janet?

«Estos… ¡son todos falsos! No te sirven para nada. De todos modos, ¡deberías dejar de venir a esos restaurantes tan lujosos y ahorrar dinero para nuestros padres!» Mientras hablaba, Jocelyn se apresuró a cubrir su bolso.

Janet cruzó los brazos sobre el pecho y miró a los comensales del restaurante.

«¿Crees que todo el mundo aquí es idiota? Como has dicho, este es un restaurante de alto nivel, ¿crees que la gente que puede permitirse comer aquí no puede distinguir si un bolso es real o falso? Aunque insistas en que estás usando la falsa, puedo aceptarla. Después de todo, sigue valiendo algo de dinero. ¡Dámela!»

Al oír esto, Jocelyn entró en pánico.

Todos los que la rodeaban la miraban y susurraban entre ellos. Ahora estaba atrapada en un dilema. Apretó los dientes con rabia. Había planeado ponerle las cosas difíciles a Janet fingiendo ser penosa, pensando que Janet lo aceptaría en silencio ya que estaban en un lugar público.

Ni en sus sueños más locos habría esperado que Janet actuara con tanta audacia, sin importarle en absoluto la gente que la rodeaba.

‘En el pasado, Janet siempre había sido la sumisa y silenciosa de su familia, ¿cómo podía convertirse en otra persona de la noche a la mañana? ¿El matrimonio la había cambiado realmente?’

Con el corazón roto, Jocelyn dejó de mala gana su Hermes Birkin sobre la mesa.

Sacó la cartera, el teléfono y los cosméticos del bolso y se los lanzó a Janet.

«¡Ya está! ¿Contenta?»

«Espera, quiero ver lo que hay en tu cartera». Janet sonrió sardónicamente.

Sabía que a Jocelyn le gustaba llevar mucho dinero en efectivo.

«¡No presiones!»

Jocelyn siseó con los dientes apretados, mirando a Janet con ojos asesinos.

Janet hizo una mueca de indiferencia.

«¿Qué? Dijiste que no tenías dinero, ¿verdad? Así que te voy a dejar que pagues tu deuda con tus pertenencias. ¿No es razonable? Además, no debería haber dinero en tu cartera, ¿verdad? Quiero decir, has estado hablando toda la noche sobre cómo nuestra familia está luchando financieramente. ¿Por qué estás tan nerviosa? La próxima vez que quieras calumniarme, no te vistas así. Una cosa es no poder pagar tus deudas, y otra cosa es simplemente negarte a pagar. Tendrás mal crédito».

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