La novia más afortunada -
Capítulo 460
Capítulo 460: Quiero quedarme
Después de meditarlo todo en su cabeza, Lila salió finalmente de su habitación.
Era la primera vez que tomaba la iniciativa de salir de su habitación en los últimos días.
Lila pudo ver que Johanna estaba conmovida hasta las lágrimas por la escena del drama televisivo. Se limpiaba la rostro mientras abrazaba a Janet. «Es obvio que la heroína de este drama da mucha pena».
Janet la consoló con una cálida sonrisa en su rostro. «Esto es sólo un programa de televisión. Todo es falso. Este tipo de cosas nunca ocurren en la vida real».
Beal les peló las naranjas mientras decía: «Resulta que tu madre es una mujer muy sentimental. Cada vez que ve que le quitan un bebé a sus padres en un drama, se pone a llorar histéricamente».
Johanna se llevó un trozo de naranja a la boca y miró con odio a Beal. «Deja de ponerme en evidencia delante de nuestra hija».
La familia estaba compartiendo un momento de intimidad en ese momento. Lila sintió que se entrometía en su momento. Soportó la amargura de su corazón y se acercó a ellos con calma.
Tenía los ojos rojos e hinchados y el rostro húmedo de lágrimas. «Mamá, papá, ¿Qué drama televisivo están viendo? Su discusión es muy intensa». Al oír el sonido de su voz, Beal y Johanna giraron la cabeza.
Al ver la expresión de lástima en el rostro de Lila, comenzaron a compadecerse de ella.
Johanna sacó rápidamente dos pañuelos de papel de la mesa, se levantó y se dirigió a consolar a Lila. «Si eres infeliz, dínoslo. No lo guardes en tu corazón. No importa lo que pase al final, seguimos siendo una familia».
Al principio de todo esto, Johanna quiso tomar la iniciativa para consolar a Lila. Pero después de pensarlo un rato, pensó que sería mejor dejar que Lila digiriera el asunto por sí misma.
Lila ya no era una niña. Debería ser capaz de enfrentarse a ello por sí misma.
Lila asintió con la cabeza mientras las lágrimas caían por su rostro. Abrazó a Johanna con fuerza y le dijo: «Mamá, no quiero dejarte. Aunque ahora sé que tengo a mis padres biológicos, hace más de veinte años que no los veo. No nos conocemos y no quiero que vuelvan. Siempre los he considerado mis padres biológicos. Estoy llorando porque realmente no quiero dejarlos».
Beal se levantó y se acercó a ella. Le dio unas palmaditas en la espalda a Lila y trató de consolarla.
«Tu madre y yo tampoco queremos que nos dejes. Si quieres quedarte, sigue viviendo con nosotros. Sigues siendo nuestra hija pase lo que pase».
Creía en su corazón que los padres biológicos de Lila no eran buenas personas. Si realmente volvía con ellos, no podría vivir una buena vida en ese tipo de familia.
Lila los miró con alegría. Soltó un moco y se giró para mirar a Janet con lágrimas en la rostro. «Entonces seremos hermanas a partir de ahora, Janet».
Janet sonrió y dijo: «Sí».
«Eso es realmente genial». Johanna se alegró de oír que ahora iban a ser una gran familia feliz. Cogió la mano de Janet y le dijo cariñosamente: «Lila nació un poco antes que tú. Eso significa que a partir de ahora será tu hermana mayor».
Tras una pausa de unos segundos, Janet abrió la boca para decir: «De acuerdo».
Lila sonrió y prometió a Johanna: «De acuerdo, mamá, seguiré cuidando bien de Janet en el futuro».
Al principio, Janet pensó que éste iba a ser un final feliz para ellas, pero con el rabillo del ojo descubrió que la forma en que Lila la miraba no parecía ser tan amistosa como lo que mostraba en la superficie.
Sin embargo, Janet no dijo nada delante de Johanna. Lo último que quería hacer era entristecerla.
Beal se acomodó sus gafas de montura redonda en la nariz y se le dibujó una suave sonrisa en el rostro. Puso su brazo alrededor del hombro de Johanna y dijo: «Bueno, parece que nuestra familia se ha reunido por fin». Johanna se giró para mirarle, con lágrimas brillando en sus ojos.
Por fin, su familia estaba completa.
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