La novia más afortunada
Capítulo 458

Capítulo 458: Reencuentro con la Familia White

«He pedido a una criada que prepare tu habitación. Puedes usar esta por el momento». Johanna acompañó personalmente a Janet a su habitación designada.

La decoración era pintoresca y un poco anticuada, pero había muchos muñecos de peluche en ella, lo que daba a la habitación un ambiente extraño y divertido.

Mirando todos los peluches, Johanna sonrió torpemente: «No sabía qué te gustaría, así que acabé comprando todos estos peluches…»

En la mente de Johanna, Janet era el bebé que había perdido hace tantos años. Ahora eran prácticamente desconocidas la una para la otra.

Janet miró las muñecas y se rió suavemente. «Nunca había tenido tantos juguetes. Gracias, Señora White». Por ahora, no se atrevía a llamar a Johanna «mamá» todavía.

Al ver que Janet no parecía tener problemas con la habitación, Johanna respiró aliviada y sonrió con alegría.

«No te voy a obligar. Sólo tómate tu tiempo. Quédate aquí y ponte cómoda. Tu padre y yo hemos hablado y hemos decidido celebrar una gran fiesta para el anuncio lo antes posible.»

«No hay prisa…» Dijo Janet entrecortadamente, tratando de detener a Johanna.

No estaba acostumbrada a su nueva condición de hija de la Familia White, pero Johanna y Beal no podían esperar para contárselo al mundo.

Al notar la vergüenza en el rostro de Janet, Johanna le tendió la mano y le dijo con sinceridad: «Eres nuestra hija. Tendrás que acostumbrarte a ello algún día. Tu padre y yo estuvimos hablando y… esperábamos que te cambiaran el apellido. Como la Familia Lind ya no tiene nada que ver contigo, ya no tienes que mantener su apellido».

Janet asintió. De todos modos, no le importaba el apellido Lind ahora que se había casado con Ethan.

Toda la clase alta de Barnes estaba alborotada a la mañana siguiente. La Familia White acababa de anunciar que su hija, desaparecida desde hacía más de veinte años, había sido finalmente encontrada. Johanna reveló al público la identidad de Janet y cambió el apellido de ésta por el de White.

La Familia White invitó a todas las celebridades y personas influyentes de Barnes a su cena.

Esa noche, todos se reunieron en el Club Nube Blanca.

La seguridad de este banquete era estricta, y Johanna ordenó especialmente que no se permitiera entrar a ningún reportero de espectáculos extraviado. Ese tipo de reporteros tendía a cubrir tonterías.

No quería que su hija fuera escudriñada en Internet, así que tomó todas las precauciones necesarias para evitarlo.

Era la primera vez que Janet asistía a una fiesta tan grande. Y estaba bajo los focos. Johanna le presentó a muchos invitados estimados.

Durante toda la noche, Janet escuchó innumerables nombres.

«¿Es agotador?» Al ver el rostro de agotamiento de Janet, Beal le dio un trozo de pastel, compadeciéndose de ella.

En los últimos días, Johanna había ocupado todo el tiempo de Janet. Beal se sintió un poco triste por no haber tenido aún una buena charla con su hija.

Janet se frotó sutilmente los tobillos doloridos. Esta noche llevaba un par de tacones de 10 centímetros.

Forzó una sonrisa y dijo: «Estoy bien. Señor White, su esposa es increíble. Sigue siendo tan enérgica incluso después de charlar con toda esta gente rica».

Beal miró a la enérgica Johanna en la distancia y sonrió. «Deja que te cuente un secreto. Tu madre en realidad odia a esas señoras ricas y suele hablar mal de ellas. La única razón por la que sigue hablando con ellas es para estar al día de los últimos cotilleos».

Janet no pudo evitar reírse.

Beal se llevó un dedo a los labios y le guiñó un ojo. «No le digas que te he contado su pequeño e impresionante secreto, o me echará del dormitorio esta noche».

Janet asintió y se lo prometió solemnemente.

De repente envidió a Lila. Al haber crecido en una familia tan cariñosa, probablemente había tenido una infancia y una juventud muy felices.

Beal sólo había charlado con Janet durante unos minutos antes de verse rodeado de nuevo por muchos invitados.

Janet no quería interrumpir su charla, así que se retiró al patio.

Aprovechó la ocasión para llamar a Ethan. «¿Adivina quién llama?» dijo Janet con dulzura.

«Déjame adivinar. Es mi mujer, ¿no? Ha pasado un día entero desde la última vez que hablaste conmigo. Pensé que estabas demasiado ocupada pasándolo bien en Barnes y te habías olvidado de mí” -dijo Ethan con voz de puchero.

Sonaba casi resentido.

Janet se rió sin poder evitarlo. «Ethan, eres tan infantil». Explicó: «He estado muy ocupada en el banquete. La gente ha estado haciéndome fotos durante todo el día. Realmente no he tenido tiempo, cariño».

El hecho de que le llamaran ‘cariño’ disipó al instante la melancolía del corazón de Ethan. Suspiró y se regañó en secreto por ser tan blando.

«Está bien, te perdono. ¿Cuándo vas a volver? Te echo de menos».

Janet se sonrojó ligeramente, sintiendo calor en su corazón. «Me fui ayer. Sólo ha pasado un día, Ethan».

Antes de que Ethan pudiera decir algo, Janet oyó que la llamaban por su nombre. «¿Janet? ¿Qué estás haciendo aquí? La fiesta está lejos de terminar». Johanna se dio cuenta de que Janet no estaba en el vestíbulo, así que salió a buscarla.

Janet se despidió rápidamente de Ethan y luego colgó el teléfono.

Johanna la arrastró de vuelta a la fiesta. Como tanto Johanna como Beal se sentían culpables por el tiempo perdido, querían compensar a Janet de una sola vez. Pasaron cada minuto que estuvieron con Janet, comprándole todo tipo de cosas.

Johanna, en particular, estaba muy emocionada. Llevaba a Janet de compras y siempre acababa comprando todo lo que se le ponía por delante. Sus compras eran muy agotadoras para Janet.

Los padres de Janet estaban tan inmersos en la emoción de recuperar a su verdadera hija que se olvidaron por completo de Lila, que se había encerrado en su habitación enfurruñada.

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