La novia más afortunada
Capítulo 326

Capítulo 326: 

La Familia Lester vivía en una lujosa mansión construida al pie de una montaña. Los árboles eran densos. Las flores y los arbustos estaban recortados y esculpidos en diversas formas en el jardín.

Una mujer regordeta de unos cuarenta años dirigía a los criados mientras decoraban el salón. Llevaba un ajustado vestido de terciopelo negro.

El cumpleaños ochenta de Nora era dentro de dos días. Patrick había invitado a muchos miembros de familias ricas y poderosas de Seacisco y planeaba hacer todo lo posible para la fiesta de cumpleaños de su madre.

«Sustituyan todas las flores por peonías. A Nora le gustan las peonías. Y el mantel de aquí debe ser de color rojo brillante; el rojo oscuro o el escarlata están prohibidos».

Elissa miró entonces la cortina y volvió a fruncir el ceño. Tenía una cara bonita, y con algo de maquillaje podría parecer aún más digna. Sin embargo, tenía un pequeño lunar negro bajo el labio, que le daba un aspecto un poco mezquino.

Los criados sólo pudieron escuchar sus demandas y cambiaron todo a su gusto. Al cabo de un rato, un joven bajó las escaleras bostezando.

Todavía en pijama, se rascó la nuca y dijo con impaciencia: «¿Qué demonios estás haciendo? Acababa de dormirme cuando me has despertado».

Al ver que su querido hijo bajaba las escaleras, Elissa miró a los criados con tristeza y dijo: «Muy bien, pueden irse primero. Terminen esto después de la cena». Luego miró a Ritchie y le advirtió: «Será mejor que te comportes. No te has levantado hasta que la cena estuvo casi lista. Sé cuidadoso o tu padre te volverá a regañar».

Ritchie se estiró y bostezó perezosamente. Luego, cogió una manzana del frutero y refunfuñó: «Estoy enojado por el Grupo Larson. Ellos son la razón por la que mi horario de sueño está desordenado. Por cierto, fui a ver a Ethan hace unos días. ¡Qué demonios! Le tendí una trampa a Janet, además de causarle muchos problemas a Ethan. Pero el tipo se encargó de todo».

Ritchie ni siquiera sabía cómo lo había conseguido Ethan. Pensando en esto, miró de repente a Elissa y entrecerró los ojos. «Mamá, ¿Le fue bien a Ethan mientras estaba en el extranjero?».

Ritchie empezaba a sospechar que Ethan ya no era el perdedor al que podía intimidar y pisotear.

Al oír la pregunta de su hijo, Elissa resopló con arrogancia: «No tengo tiempo ni para pensar en ese perdedor. Ni tampoco me importa. Además, ¿Cómo podría hacer un buen trabajo en algo? La Familia Lester lo dejó de lado, ¿no es así?».

«¿No conoces ese viejo refrán que dice que hay que mirar a los demás con nuevos ojos cuando ha pasado algún tiempo?»

Y habían pasado algunos años. Ahora, era difícil para Ritchie ver a través de Ethan.

«Hmm…» Elissa lo pensó durante un rato. De repente, sintió que tenía que estar en guardia. Ya había tenido miedo de Ethan, y ahora parecía que tenía una buena razón para tenerlo.

«Entonces tenemos que prestar más atención a Ethan. Se acerca el cumpleaños de Nora. Hace unos días dijo que hacía mucho tiempo que no veía a Ethan y que quería invitarlo a la fiesta de cumpleaños. Ya le he dicho a tu padre que se lo diga a Ethan. Podemos aprovechar esta fiesta para tantear el terreno».

Ritchie se tocó la barbilla y sonrió. «Eso está bien. He estado pensando en darle una lección a ese mocoso. Mamá, humillemos a ese b$stardo en la fiesta de cumpleaños y veamos cómo reacciona».

Elissa hizo una mueca, pero no dijo nada. Hacía tiempo que no veía al hijo b$stardo de la Familia Lester.

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