La novia más afortunada
Capítulo 279

Capítulo 279:

Charis estaba en una reunión de altos ejecutivos cuando sonó su teléfono.

Miró el identificador de llamadas y dudó. Sabía que Janet se había salvado; la noticia había aparecido en toda la televisión hacía apenas un par de días. También había escuchado de su padre que Fiona prácticamente había desaparecido de la faz de la tierra.

Charis supuso que esto era obra de Brandon. Al fin y al cabo, ella tenía clara la doble identidad de Ethan. Además, conocía muy bien a Brandon.

Dado que Brandon había intervenido, ella sabía que Fiona contaría con su bendición si pudiera volver con vida. Fiona y Jocelyn habían intentado varias veces hacer daño a Janet, y habían fracasado en cada intento. Tal y como lo veía Charis, Jocelyn era prácticamente inútil sin su madre.

Charis ya estaba arriesgando mucho, sin saber si Fiona acabaría traicionándola. No podía permitirse asociarse más con Jocelyn. «¿Por qué no coge esa llamada, Señorita Turner?», le sugirió el hombre sentado a su lado. «Su teléfono lleva sonando incesantemente desde hace un rato».

Charis terminó al instante la llamada y puso la información de contacto de Jocelyn en su lista negra.

Sonrió y respondió: «No es nadie importante. Sigamos adelante, ¿De acuerdo?». Charis ya no quería tener nada que ver con la Familia Lind, sobre todo porque Fiona ya había sido expuesta por sus crímenes. No podía arriesgarse a verse implicada en el escándalo de la otra mujer.

Mientras tanto, Jocelyn seguía llamando a Charis, pero la línea estaba siempre ocupada. Desconcertada y asustada, se acurrucó en sí misma. El sudor le corría por la frente y el dolor de su vientre empeoraba por momentos.

Jocelyn y Charis solían ser tan amigas como las mejores. Había creído que Charis era una mujer sencilla y de buen corazón, pero ahora parecía que la z%rra sólo había estado actuando. Ahora que estaba en problemas, Charis la abandonaba sin dudarlo.

«¡Esa z%rra!» Jocelyn estuvo a punto de lanzar su teléfono en un arrebato de ira, pero logró refrenar sus emociones. No pudo evitar sentirse como una completa tonta por haber sido manipulada por la Familia Turner.

De tal palo, tal astilla.

Jocelyn seguía reflexionando y luchando contra su frustración cuando su teléfono empezó a sonar. Era Bernie.

«¿Qué pasa, papá?» Jocelyn respondió con un chasquido.

Para su consternación, Bernie le respondió a su tono impaciente con uno furioso. «¿Dónde diablos estás? ¿Tienes idea de lo que ha hecho tu madre? ¿Por qué de repente confiesa a la policía que pagó para que mataran a alguien? ¡Son tan problemáticas! No me dan más que problemas».

A Jocelyn le sorprendió el arrebato de su padre. Se levantó de la cama y tartamudeó: «Estoy en el hospital. ¿Está… está mamá en la estación de policía? No te preocupes, papá. Iré a buscarla enseguida». En realidad, la preocupación de Jocelyn no era tanto por su madre como por ella misma. Le preocupaba que Fiona la arrastrara a su confesión. Jocelyn tenía que detener a su madre antes de que eso sucediera.

“No es necesario que la busques, la policía acaba de llamar y decir que Fiona está detenida y a la espera de juicio. Dijeron que, dada la gravedad de sus crímenes, es probable que sea condenada a muerte”.

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