La novia más afortunada
Capítulo 269

Capítulo 269: 

Ya era más de medianoche, pero el edificio del Grupo Larson seguía iluminado a todo trapo Arriba, en el despacho del presidente, el fragante aroma del caldo impregnaba la habitación.

Charis se limpió lentamente los labios y le dijo al criado: «Ya puede llevarse esto». Luego miró hacia Ethan y sonrió. «Lo siento, por eso. Supongo que estoy acostumbrada».

«Está bien», respondió Ethan mientras seguía escribiendo en su teclado. «Echa un vistazo a esto y comprueba si el plan es factible después de las modificaciones que he hecho».

Ignoró el comentario de Charis sobre sus hábitos, y prácticamente cerró su intento de intimar con su pasado común. Cuando acababan de empezar su propio negocio, a Charis le gustaba tomar sopa cada vez que tenían que hacer horas extras. A su favor, también pedía a los criados que prepararan un tentempié decente a medianoche para el resto del personal. Era bastante quisquillosa, pero eso nunca afectó a su trabajo.

Además, Charis ya era mucho mejor que la mayoría de las jóvenes ricas. Se inclinó y leyó su plan revisado por encima de su hombro. Se empeñó en ser meticulosa al respecto, y se alegró al comprobar que era perfecto, hasta el más mínimo detalle.

Charis miró el reloj en la esquina inferior derecha de la pantalla de su portátil. Eran sólo las dos de la mañana. Esto era sorprendente, ya que no esperaba que él terminara las revisiones tan rápidamente.

Miró hacia Ethan y sonrió. «¡Sigues siendo un as en tu trabajo! Te las has arreglado para detallar los problemas y sus correspondientes soluciones en apenas unas horas. Si fuera Garrett, probablemente le llevaría hasta la mañana».

Ethan comenzó el proceso de apagar su ordenador y recogió metódicamente su maletín. Cuando habló, su tono era frío y de negocios. «Como no hay ningún problema, entregaré los nuevos planos a nuestros técnicos y al departamento de finanzas para que se pongan a trabajar de inmediato».

Entonces hizo una pausa, ya que se le ocurrió un pensamiento. «Pero Charis», dijo, con los ojos entrecerrados. «Todo esto son simples lagunas. Nos hemos encontrado con cosas así en el pasado, algunas incluso más complicadas. Tú solías resolverlos en menos de dos horas. Deberías haber podido ocuparte de esto fácilmente sin mi ayuda».

Charis vaciló bajo su penetrante mirada. Se tomó un segundo para recomponerse antes de responder. «Bueno… últimamente he aprendido mucho sobre el mercado nacional. Supongo que me ha abrumado tanto trabajo de golpe. Vamos, Brandon. Seguro que se me permite tomarme un descanso de vez en cuando».

Ethan lo consideró durante un breve momento. Ella tenía razón, así que decidió dejar de lado el asunto y no dijo nada más. Cogió su maletín y su chaqueta. Había terminado por esta noche. Ethan ni siquiera se había levantado del sofá cuando la puerta del despacho se abrió de golpe.

Garrett se apresuró a entrar, con la frente perlada de sudor y los ojos muy abiertos por el pánico. «¡Ethan! Janet ha tenido un accidente de coche. El taxi en el que iba fue chocado por otro coche y cayó por el puente. El equipo de rescate sigue en el río. No tenemos forma de saber si Janet sobrevivió o no».

«¿Qué has dicho?» Ethan se puso en pie de un salto. Todo el color se le fue de la cara. Cogió su teléfono, con la intención de llamar a su gente para dirigir la búsqueda, pero entonces vio la notificación en la pantalla. Había perdido una llamada de Janet.

Ethan frunció el ceño e intentó atar cabos. La única vez que había estado alejado de su teléfono fue cuando fue al baño. Janet debía de haber llamado entonces.

Un silencio pesado y asfixiante se apoderó de la habitación. Garrett reconoció la furia que se estaba gestando en los ojos del otro hombre, e instintivamente dio un paso atrás. «¿Qué pasa, Ethan? No te quedes ahí parado. Tenemos que hacer algo».

Pero Ethan se giró para mirar a Charis. Le puso el teléfono en la cara y le exigió: «¿Por qué no me informaste de que mi mujer había llamado?».

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