La novia más afortunada
Capítulo 234

Capítulo 234: 

La noche caía.

Varios edificios imponentes rodeaban las calles

Entre dos edificios se encontraba una mujer con un cortavientos negro y unos tacones rojos Las enormes gafas de sol parecían ocultar su rostro y está acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja, su mirada cautelosa seguía fija en la cafetería de enfrente.

Janet estaba sentada en una mesa junto a la ventana francesa de la cafetería. Jocelyn tenía una visión clara de ella desde donde estaba.

Un hombre había detenido a Janet justo cuando estaba a punto de tomar un sorbo de café ¿Quién demonios es? Jocelyn se puso ansiosa, quiso correr hacia allí y verter el café en la garganta de Janet.

Afortunadamente, el hombre se marchó al cabo de un rato Janet pidió otra taza de café y pareció esperar impaciente sin bebérselo Jocelyn pisó con rabia. Vio que Janet sacaba su teléfono y llamaba a alguien, probablemente a Bernie.

Antes de salir de la casa, Jocelyn había cogido a escondidas el teléfono de Bernie, temiendo que éste pudiera descubrir su pian.

Como sus llamadas no recibieron respuesta, Janet suspiró y se levantó para marcharse. Sin embargo, si se iba ahora, los planes de Jocelyn fracasarían. No quería perder una gran oportunidad. Jocelyn se apresuró a ir a la cafetería para detenerla. Quería asegurarse de que Janet se tomara el café.

En el momento en que Janet se levantó, vio a Jocelyn entrando en la cafetería. Una sonrisa de complicidad apareció en el rostro de Janet.

Tenía razón en cuanto a que Jocelyn había planeado todo esto y la había observado en la oscuridad Ahora que fingía coger su bolsa e irse, como era de esperar, Jocelyn se puso ansiosa y apareció “¡Qué casualidad! ¿Qué estás haciendo aquí?» preguntó Janet.

Fingiendo estar sorprendida y confusa a la vez Jocelyn la agarró de la muñeca, fingiendo desgana. «Papá me ha pedido que nos encontremos. Ha estado ocupado con el trabajo, así que no ha podido venir hoy. Me ha pedido que te vea en su nombre».

Agarró los hombros de Janet y la obligó a sentarse.

«Dijo que quería disculparse conmigo en persona. Dijo que las desprecia a ti y a tu madre por las cosas que me han hecho. ¿Vas a pedirme disculpas tú sola?». Janet removió el café mientras miraba fríamente a Jocelyn.

“Bueno, papá me ha dado una lección. Ahora soy una mujer cambiada». Jocelyn dejó caer su mirada al suelo, fingiendo que se sentía culpable.

“¿De verdad te estás disculpando conmigo, Jocelyn Lind?». Janet hizo una mueca: «Vaya, ¿Es el fin del mundo?” Algunas personas nacen viciosas, y Janet creía que Jocelyn era una de ellas.

La mirada penetrante de Janet hizo que un escalofrío recorriera la columna vertebral de Jocelyn. Se mordió el labio y se sentó frente a Janet. «Aunque no me agradabas, nunca pensé que mamá haría algo así, quiero disculparme también en su nombre».

Sin embargo, Janet permaneció despreocupada. Sentía que Jocelyn era una terrible actriz «De acuerdo, discúlpate ahora», sonrió, cruzando los brazos sobre el pecho.

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