La novia más afortunada -
Capítulo 2111
Capítulo 2111:
En el oscuro y desolado pasillo, Lexi pensó que estaba completamente sola hasta que una voz grave y áspera perforó inesperadamente el silencio.
«¿Sabes por qué ni siquiera conseguiste el premio Revelación?».
Sobresaltada, Lexi se dio la vuelta, intentando identificar el origen de la voz.
Vio una figura vestida completamente de negro, con una gorra negra, una máscara y ropas que se fundían a la perfección con la oscuridad del pasillo. De no ser por su proximidad, podría haberlo confundido con una sombra.
«¿Quién eres? Preguntó Lexi, con voz confusa. No recordaba haberlo conocido nunca.
Ignoró su pregunta y continuó: «La razón por la que no ganaste el premio es que Janet no te considera realmente una amiga. Sus revisiones sólo sabotearon tu diseño, pero tú lo ignorabas. Qué ingenua».
«¡Cállate!» La voz de Lexi resonó con fuerza por el pasillo. En un arrebato de ira, pateó con fuerza al hombre y le gritó: «¿Quién te crees que eres para llamarme ingenua?».
Este concurso era su primer intento de diseño independiente, y los resultados habían estado muy por debajo de sus expectativas. Ya estaba de mal humor y había salido al pasillo para ordenar sus ideas.
Pero apareció ese hombre exasperante, que no le ofrecía consuelo y, en cambio, socavaba su relación con Janet.
Conocía la fuerza de su vínculo con Janet, a pesar de sus insinuaciones.
Sorprendido por su agresiva respuesta, el misterioso hombre retrocedió a trompicones, como si hubiera sido golpeado por una gran fuerza. Sus pasos eran inseguros y descoordinados, sin estar preparado para la reacción de la mujer.
Con un ruido sordo, su espalda se golpeó contra la fría y dura pared. El dolor le recorrió de inmediato, blanqueándole la cara mientras tosía violentamente, con el sudor goteándole por la frente. «¡Ejem!»
Su voz era grave, llena de dolor, y su mano temblaba mientras intentaba encontrar un lugar donde aliviar la incomodidad. Lexi no tenía intención de disculparse. Se dio la vuelta, con paso firme mientras se alejaba.
Pero el hombre fue persistente. «Eres tan ingenuo», se burló de nuevo. «Crees que eres amiga de Janet. ¿Acaso te lo mereces?»
Lexi se detuvo en seco, con la furia hirviendo en su interior. Apretó los puños con fuerza.
Casi se le quiebra la voz al gritar: «¡Piérdete! ¡Estás loca! ¡No tienes derecho a cuestionar mi relación con Janet!»
«¿Por qué te engañas a ti misma?» El hombre se acercó a Lexi, con tono burlón. «En el fondo, sabes que tu relación con Janet no es tan fuerte como crees. Si no, ¿por qué evitaste el pasillo antes? Porque sabes que no mereces ser el centro de atención».
«¡Ah! ¡Cállate!» gruñó Lexi, casi abrumada por la rabia.
Pero el hombre persistió, provocándola sin descanso.
Al llegar a su límite, Lexi estaba a punto de lanzar un puñetazo cuando una repentina comprensión la detuvo. Había algo en ese hombre que no encajaba. Sus provocaciones deliberadas parecían demasiado calculadas. ¿Qué pretendía conseguir?
Lexi bajó los puños, luchando por controlar su ira. En lugar de reaccionar, prefirió el silencio a la confrontación.
Al ver esto, el hombre misterioso pensó que había tocado una fibra sensible y siguió adelante.
«Déjame enseñarte algo».
Sacó su teléfono y le presentó un vídeo a Lexi.
Aunque la grabación era algo confusa, su contenido era innegable: demostraba que la acusación contra Lexi por arruinar el diseño del vestido de Draco había sido orquestada por Sonia.
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