La novia más afortunada
Capítulo 2106

Capítulo 2106 :

Al día siguiente, Lexi se apresuró a ir a la villa de Janet. Al llegar, encontró al mayordomo dando instrucciones a los criados. Su comportamiento era mucho más civilizado que en su último encuentro, lo que la sorprendió.

«¿Viene a ver a la Sra. Larson?», preguntó.

«Sí», contestó Lexi, mirando hacia la habitación de Janet. «¿Está despierta? Quería saludarla antes del trabajo».

«No, la Sra. Larson todavía está durmiendo. Le informaré de que has pasado por aquí». La respuesta del mayordomo fue un alivio.

Lexi ocultó su satisfacción. Dada la incomodidad de los acontecimientos de ayer, no estaba segura de cómo acercarse a Janet. A decir verdad, un encuentro después del arrebato emocional del día anterior habría sido incómodo.

«Gracias», dijo Lexi. «Volveré a visitarla cuando esté lista».

«Por supuesto. Deje que le acompañe». El mayordomo hizo un gesto cortés.

Lexi no se opuso y le siguió hasta el ascensor. Las puertas se abrieron y salieron.

Al ver a Brandon sentado en el salón, Lexi se congeló momentáneamente. Enderezándose, lo saludó con cautela: «Sr. Larson».

Brandon bajó el periódico que estaba leyendo y la saludó con una breve inclinación de cabeza. «¿Vienes a ver a Janet?»

«Sí, pero el mayordomo dijo que aún duerme. No quisiera molestarla. Ahora me voy», explicó Lexi nerviosa, con la vergüenza aún fresca en la memoria.

Notó su ansiedad, pero guardó silencio y se limitó a hacer un gesto desdeñoso con la mano.

Lexi se dirigió rápidamente hacia la salida, pero justo cuando llegaba a la puerta, la voz de Brandon la detuvo. «Espera».

Un temblor la recorrió. Dándose la vuelta, se dirigió a él, con voz tensa: «Sr. Larson, ¿hay algo más?».

Su corazón se aceleró: ¿la estaban culpando otra vez? ¿La estaban inculpando de algo?

Brandon, sin embargo, tenía un motivo diferente.

«Mantén los acontecimientos de ayer en secreto. Si la mujer que te dio el amuleto vuelve, dile que Janet estuvo a punto de abortar y que ahora está en el hospital. ¿Entendido?» El tono de Brandon era firme.

Lexi asintió, aunque una sensación de inquietud se instaló en su pecho. «Sí, señor».

No estaba segura de las intenciones de Brandon, pero sabía que lo mejor era obedecer. Su mirada volvió al periódico.

«Si esa mujer no trama nada bueno, o si alguien más se le acerca con preguntas sospechosas, infórmeme inmediatamente», añadió.

«Sí, señor», respondió Lexi, asintiendo enérgicamente con la cabeza. «Tiene mi palabra, Sr. Larson. No volveré a poner a Janet en peligro. He aprendido la lección».

«Eso espero», respondió Brandon con brevedad, con la mirada aún fija en el papel.

Lexi consultó discretamente su reloj antes de preguntar con cautela: «¿Puedo ayudarle en algo más, señor Larson? Si no, me voy. Se me hace tarde».

«No», la despidió Brandon con un gesto de la mano.

Esa noche, al volver a casa del trabajo, Lexi encontró a Myrna paseando frente a su puerta.

«¿Has terminado por hoy, Lexi?». Myrna la saludó en tono amistoso, pero la actitud sombría de Lexi no pasó desapercibida. «¿Va todo bien? Pareces preocupada».

Lexi fingió un suspiro y se mordió el labio. «Es mi jefa. La han hospitalizado por amenaza de aborto».

Myrna se tapó la boca en aparente estado de shock. «¡Oh, cielos! Son noticias terribles. Debes estar muy preocupada. ¿Cómo está?»

Lexi sólo dio algunos detalles vagos, sin perder de vista la reacción de Myrna. Al ver que Myrna no hacía nada, Lexi se excusó y se retiró al interior.

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