La novia más afortunada
Capítulo 2073

Capítulo 2073:

Después de que Lexi saliera de casa de Janet, los guardias de seguridad la trataron con frialdad, asumiendo erróneamente que había habido un desacuerdo entre Janet y ella.

Lexi no insistió en ello y se limitó a tachar a los guardias de poco profesionales.

Sin embargo, una llamada telefónica la hizo detenerse al borde de la carretera. Allí se dio cuenta de que Sonia también salía de la casa, recibiendo gestos de asentimiento y sonrisas del mismo grupo de guardaespaldas que se habían mostrado fríos con ella.

Lexi sintió una punzada de injusticia al ver aquello y, frustrada, pateó una piedra.

¿A qué se debía la diferencia de trato?

Sonia no era más que la guardaespaldas de Janet, pero Lexi era la que podía aportar verdaderos beneficios al estudio.

¿Por qué Sonia era tratada con tanta preferencia y ella no? La ira de Lexi estalló mientras miraba la figura de Sonia.

Pronto recordó una situación similar en el estudio, donde se había comunicado con su jefa igual que Sonia, y sin embargo su jefa nunca había reaccionado como con Sonia.

Debía de ser Sonia quien la estaba socavando, aunque no podía comprender qué había convencido a Janet para ponerse de su parte. Con el corazón encogido y los ojos llenos de lágrimas, Lexi se sintió profundamente ofendida.

Demasiado alterada para continuar la llamada, interrumpe la conversación y cuelga. A continuación, se dirigió a casa.

Al llegar, Lexi tenía la cara llena de lágrimas.

Se puso delante del espejo, se secó las lágrimas con frustración y se dirigió a su escritorio.

Por la mesa había esparcidos borradores de diseños, producto de varias noches de duro trabajo sin dormir.

Mirando a la mesa, Lexi no pudo contener sus emociones y empezó a llorar de nuevo.

Al cabo de un rato, se secó las lágrimas y tomó una resolución: dejaría de depender de Janet. Crearía un diseño de forma independiente para demostrar su valía.

Así demostraría a Janet su valor y desviaría la atención de los elogios indebidos de Sonia.

Lexi acercó una silla a su escritorio, decidida a concentrarse en su diseño.

Justo entonces, el sonido de una llave girando en la puerta captó su atención.

Rápidamente, Lexi cogió unos pañuelos y se secó las lágrimas. La persona que entró era Myrna, la amable anciana que antes le había regalado el amuleto a Lexi.

«Lexi, ¿has estado tan absorta en tu trabajo que te has vuelto a olvidar de comer? Hoy he hecho tu pescado estofado favorito», dijo Myrna acercándose con un termo.

Al notar los ojos enrojecidos de Lexi, Myrna hizo una pausa, con evidente preocupación en su voz. «¿Qué pasa, Lexi?»

Lexi intentó contener sus emociones, pero el tono cariñoso de Myrna hizo que sus lágrimas cayeran libremente.

«Myrna, hoy me he sentido muy agraviada», confesó Lexi, explicando el trato desigual que había recibido de los guardias de seguridad. Myrna la escuchó comprensiva y luego criticó suavemente a Sonia para que ayudara a Lexi a sentirse mejor.

Después, Myrna le entregó otra bolsita.

«¿Qué es esto?» preguntó Lexi, con la voz aún temblorosa.

«Es una bolsita que compré a un vendedor ambulante. Dicen que trae buena suerte», explica Myrna. «También tiene un aroma refrescante. Puede que te guste tenerla cerca de tu mesa de trabajo».

Recordando cómo habían mejorado las cosas tras recibir el anterior amuleto de Myrna, Lexi aceptó agradecida la bolsita y la colocó junto a sus bocetos de diseño.

Poco después, Myrna se excusó diciendo que no quería molestar a Lexi en su trabajo. En cuanto salió, hizo una llamada.

«¿Cómo ha ido?», preguntó la persona al otro lado.

«Está hecho», respondió Myrna con respeto.

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